sábado, 18 de noviembre de 2023

LA MÚSICA CLÁSICA. EL BARROCO. Su transición al Clasicismo. (En proceso)

“Si algo nos acerca a la posibilidad de los trascendente, eso sería la música y quizá la poesía. Como forma de expresar el predicamento trágico de la vida, solo la poesía puede compararse con la música. (…/…). En un mundo sin Dios, como aquel al que pertenecen la mayoría de las mentas desarrolladas de hoy, la lectura de poesía y la escucha de la gran música es lo que permite el acercamiento a lo absoluto, es aquello que puede llenar el vacío dejado por la ausencia de Dios. Son estas experiencias las que nos permiten entrever, atisbar la plenitud. (Héctor VasconcelosI.

Orquesta de Cámara de la Scala de milán, interpretando
el Adagio del "Concerto para clarinete" de Marcllo.

Todas las filosofías, las ciencias, tratan de explicar lo inexplicable. Y sin embargo, prosigue Vasconcelos, cuando se escucha el "2º movimiento para clarinete" de Mozart, o la "Standcher no. 4" de Schubert, o el "Liebestráume no. 3" de Liszt, o los "Preludios 4 y 7" de Chopin, uno tiene la extraña sensación de que no queda nada por explicar. Se ha alcanzado la plenitud de la comprensión, así sea solo por un instante. No resta nada por entender, porque se ha entendido todo lo que nos es dado a entender. Sólo queda eso; el movimiento lento para clarinete de Mozart. Y eso es todo. Es posible argumentar que la música supera a la poesía, en tanto que no requiere, si bien puede contener palabras, y expresa lo que las palabras no alcanzan a expresar, trasciende el lenguaje y los conceptos.


"El ornamento multinstrumental, el bajo continuo, su compleja paleta de sonidos, así como su polifonía, además de la evolución del contrapunto, todo ello hacen del Barroco un género musical rico en matices sonoros y de movimientos, cuya combinación desemboca en un Preclasicismo caracterizado por la evolución de las armonías y modulaciones, aunque no exento aún de la pureza musical propia del florecimiento generacional del siglo XVII.". (Rusty Andecor)

Retrato de Arcangello Corelli

Entre los períodos históricos del clasicismo musical (la llamada "Música Culta"), y dentro del período Pre-Clásico, en lo que llamaremos la "Era del Barroco" del siglo XVII, cabe destacar a Arcangelo Corelli, quizá el compositor que más influyó en sus contemporáneos, (1653 - 1713).

Corelli fue un violinista y compositor italiano que se distinguió como un maestro del Barroco que predijo la llegada de la era clásica, contribuyendo con su obra a la constitución de la orquesta de cuerda moderna y la adopción del sistema tonal frente al modal.

La obra más importante de Corelli se localiza ya a finales del XVII con sus 12 sonatas para violin, violincello y clave, y el Concerto grosso en re mayor, op. 6 N.4. El grupo de cámara que aparece en el vídeo interpreta el Allegro de dicho concerto. De la Sonat, rea  op.5 no. 3, se reproduce el adagio.

Retrato de Doménico Scarlatti (1740)
En los inicios del S.XVIiI la música barroca adquirió un auge innovador con la introducción de un instrumento ya empleado en ocasiones anteriores. Se trataba del clavecín o clavicémbalo, un teclado con cuerda pulsada. Éste fue el precursor del piano y fue Domenico Scarlatti quién lo daría a conocer en sus sonatas.

Giuseppe Domenico Scarlatti, compositor y clavicenista italiano del periodo Barroco (Nápoles, 1685 - 1757), se convirtió a los los 16 años en el organista de la Capilla Real de las Cortes Españolas de Nápoles. Después de residir en Roma y Venecia, en donde fue acogido también como compositor y organista, se afincó en España (Sevilla), en donde compuso casi todas sus sonatas para clavicémbalo y por las que es universalmente reconocido.

Influenciado por la música folklórica española, usó la técnica de los acordes extremadamente discordantes que imitaban la guitarra y otras inflexiones tonales, algo desacostumbradas en la técnica musical europea. Sin duda, fue el innovador más original de armonía en la transición del Barroco al Preclásico, ya en el siglo XVIII, además del ser el primero en utilizar los arpegios.

De su prolífica obra musical son de destacar, aparte de Misas y Cantatas, las Sonatas y los Conciertos Grossos. Curiosa es su "Fuga del Gato", inspiradas en las notas aleatorias que tocó su gato al pasar por el teclado de su clavicémbalo
.

Así mismo, reproducimos también el Concerto no. 6 y la "Sinfonía de Concerto Grosso no. 2 para flauta y trompeta", interpretado por la Orquesta de Camara de la Universidad Nacional de Lanús, Buenos Aires. La grabación se hizo en abril de este mismo año en la Parroquia de la Inmaculada Concepción de Belgrano. 

Entre finales del siglo XVIII y principios del XVIII dos nobles y acaudalados venecianos contribuyeron con la aportación de sus composiciones musical a la evolución del Barroco: los hermanos Alessandro y Benedetto Marcello.

Retrato de Alessandro Marcelo

Alessandro Marcello (Venecia, 1673 - 1747, de familia noble, como su hermano Benedetto, fue un reputado filósofo, poeta, matemático y compositor de obras musicales, conocidas e interpretadas más en su época que en la actualidad, ya que él mismo solía representar sus propios conciertos en su ciudad, aunque siempre bajo el seudónimo Eterio Stinfálico.

De su obra destacan sus cantatas, arias y sonatas para violín. Sin embargo, sobre todo, su obra más conocida y la más apreciada fue el Concierto para oboey cuerda en re menor, compuesto a principios del siglo XVIII y de cuya partitura, del Adagio, suele haber dos versiones, interpretándose una mediante un movimiento más melódico que la otra. Por cierto, que él mismo interpretaba el oboe en este concierto.

Según el “Dicciionario Grove de la Música", se refiere así a Alessandro Marcello: "Sus conciertos de La cetra son inusuales por sus partes de instrumento de viento solista, junto con un conocido empleo del contrapunto al estilo vivaldiano, elevando su categoría a la más reconocida dentro del concierto clásico veneciano barroco".


Contemporáneo de Antonio Vivaldi, puede apreciarse su influencia en una parte de su obra, aunque si escucháramos las sonatas de la segunda etapa, apenas encontradas, ni en disco ni en Internet, apreciaríamos la innovación que aportó en favor del Clasicismo.

Fue miembro de la Academia Pontificia de Roma “La Arcadia”, que se ocupaba de controlar y combatir los excesos del Barroco, introduciendo una nueve estética musical: el Pre-Clasicismo.

El vídeo que se acompaña representa una joya de la colección musical barroca. El "Concerto en re menor para oboe y orquesta de cuerda", en sus movimientos Allegro, Adagio y Presto, e interpretado por la Orquesta de Cámara de la Scala de Milán, y que fue representado en el Salón del Tiépolo del Palazzo Clerici en Milán.

Escena del film del Adagio del Concerto re menor
La excelencia del Adagio del Concerto en re menor de Marcello, además del poder impresionante de su mensaje musical, todo ello, en conjunto, describe el sentimiento del final de la mítica escena de la película “Anónimo Veneciano” (1970). Y lo hace, a través del intenso drama de la pareja protagonista del film, de la propia melancolía que siente el personaje de él, ante la presencia de la mujer que ama, y que le transmite la inspiración de su virtuosismo interpretativo, pero también de la trágica desesperación que expresa el personaje de ella, al tener que alejarse de él para siempre. Precisamente, fue la pianista Shani Diluka quien dijo: "Como la música, la melancolía es parte de mi inspiración".

Retrato de Benedetto Marcello
Benedetto Marcelo. (Venecia, 1686 - 1739). Hermano menor de Alessandro, fue un destacado abogado y magistrado, además de escritor y compositor barroco. Miembro del Consejo de Los Cuarenta de Venecia, fue un respetable y prestigioso ciudadano de Venecia. Contemporáneo de Antonio Vivaldi, al igual que su hermano Alessandro, su música tiene un aire vivaldiano

En la obra de Benedetto Marcello se incluye música sacra, oratorios, cantatas y sonatas, además de conciertos y sinfonías, destacando la Sonata para flauta depico y continuó en fa mayor y la Sonata no.1 en fa mayor para cello. La primera, atribuida a Benedetto, bien podría ser de Marcello.

En 1994, la revista “Grove” le cita: "La música de Marcello se caracteriza por la imaginación y una técnica sutil que incluye al mismo tiempo contrapunto y desarrolladas características galantes".

Finalmente, en cuanto a la atribución de las obras a uno o a otro de los hermanos Marcello, se tienen dudas sobre la autoría de algunas sonatas que se atribuyen a Benedetto, cuando, a juzgar por el estilo más preclásico, parece que deberían pertenecer a Alessandro. Un tema que precisamente lo ha motivado el hecho de que éste, el hermano mayor, firmara parte de su obra bajo seudónimo.

Ya en la transición del Barroco a la era del Clasicismo, dos violinistas y compositores italianos se destacaron a finales del siglo XVII y principios del XVIII, consolidando con su obra un estilo de música que marcaría el llamado "pre-clásico".

Retrato de Giuseppe Torelli

El primero, Giuseppe Torelli, natural de Venecia, (1658 1709), que a los 26 años ya se convirtió en violinista de la Filarmónica de Bolonia, en donde terminó como maestro de música, se distinguiría por su contribución al desarrollo del “concerto grosso” y la música para instrumentos de arco y trompeta.
Torelli aplicó la forma de tres movimientos (allegro, adagio, allegro) ya utilizada por Alessandro Scarlatti en los conciertos instrumentales. Además, como ya se ha dicho, fue uno de los principales impulsores del concerto grosso, cuya invención suele atribuirse a su contemporáneo Corelli (1653 - 1713).

De su prolífica obra, además de los conciertos para violín y orquesta, así como los conciertos para trompeta y orquesta, destacan un Concierto de cámara para 2 violines y bajo op.8 no 5, el Concerti Grossi Op. 8 no 3, Vivace, las sonatas para violín y bajo continuo y la Sinfonía op. 3., de una grabación el 25.12.2021 en la Sala de Conciertos Mozart de Viena..

Retrato de Tomaso Albinoni

El segundo, Tomaso Albinoni, nacido en Venecia (1671 1751), se distinguió por sus más de 50 composiciones de ópera y por la influencia que tuvo su música instrumental en Johann Sebastián Bach, quien admiró tanto su obra que  algunas de sus fugas las compuso basándose en sus temas y sus bajos. No obstante, su celebridad se debe sobre todo al “Adagioen sol menor”, composición que se le atribuye, al parecer equivocadamente, ya que, y según las últimas investigaciones, fue Remo Giazotto uno, musicólogo y crítico musical italiano, conocido por su clasificación y catalogación precisamente de las obras de Albinoni, así como por ser autor de su biografía y de la de Antonio Vivaldi, fruto de sus investigaciones, al encontrar el fragmento de un manuscrito del propio Albinoni, se dedicó a trabajar en la partitura hasta conseguir componer íntegra la obra.   

Fue en la Biblioteca Estatal de Dresde, poco después de la Segunda Guerra Mundial, tras el bombardeó que destruyó parte de los archivos,  donde Giazzoto descubrió los restos de la obra musical de Albinoni, trabajando después en su clasificación. Lo cierto es que con los arreglos que hizo en la partitura, puede decirse que es una obra enteramente original de Giazotto. 

Y es que, según Eleanor Selfridge-Field y Michael Talbot, consultado el “Grove Music Online”, "el fragmento supuestamente encontrado disponía solo del pentagrama del bajo y de seis compases de la melodía". Así, se supone que era el movimiento lento de una sonata a trío. Lo cierto es que con ese único material, Giazotto compondría el famoso “Adagio” en 1945, que se publicaría por primera vez en 1958.

De Giazotto, hay que decir que, además de crítico y editor musical desde 1932 y 1949 de la revista musical “Nuova”, fue profesor de Historia de la Música en la Universidad de Florencia (1957-1969), siendo nombrado en 1962 miembro de la Academia Nacional de Santa Cecilia. En 1966 se convirtió en el director de programas internacionales de la Unión Europea de Radiodifusión y Presidente del Comité de la RAI, después de varios años de ejercer como director y editor de programas de música de cámara también de la RAI. Toda una autoridad musical como para dudar de su obra dedicada tanto a Albinoni como a mismo Vivaldi.

Por lo demás, Tomaso Alibinoni era hijo de un acaudalado comerciante cuya cómoda posición le permitió proporcionarle una buena formación musical, que compatibilizó con el negocio familiar, llegando a convertirse en un consumado violinista, aunque rechazó la idea de trabajar como músico de la corte para convertirse en un artista independiente, pero bajo la protección del mecenazgo de un influyente cardenal amante del arte y la música.

Otra versión del Adagio en Sol menos, de Remo Giazzoto es la que reproducd edl vídeo de este enlace.

Próximos capítulos:

Los barrocos franceses: Francois,  Couperin, Louis Marchand, Jean-Philippe Rameau y Jean-Baptiste Lully

Los barrocos ingleses y alemanes: Henry Purcell, Johann Pachelbel, Georg PhilippTelemann

El esplendor del Barroco: Antonio Vivaldi, Georg Philippe Haendel y Johann Sebastian Bach

Ángel González "Rusty Andecor"

domingo, 11 de diciembre de 2022

“Si no puedes hacer realidad tu sueño, ponle música y dibújalo con con los colores de la locura sobre el lienzo de los escenarios de tu imaginación”

Es la música que aparece aletargada, dormida,
junto a sus recuerdo, esperando a que alguien
la despierte de su letargo.

"La música debe vivir en nuestra imaginación y su universo  llenarse de momentos musicales, sobre todo cuando necesitamos recrear escenarios en ese mágico teatro imaginativo", decía una vez, entre las líneas improvisadas de "mi álbum literario-musical". Luego, terminaba añadiendo "Sólo así nos sentiremos embriagados de gozo y satisfacción, complacidos emocionalmente, plenos y encantados".

Han transcurrido 3 años  desde que publiqué mi último artículo en este blog. Y lo cierto es que no han sido tres años de silencio, sin que dejara de hacer alusiones en otros de mis "escritorios" a algunos de los contenidos de mis relatos, encubiertos o sugeridos en imágenes insertadas, junto a los vídeos musicales que publicaba, siempre con la sugerencia de mis mensajes, pero sobre todo con la referencia a mis personajes de ficción, a veces más que evidentes y con el "guiño" entrelineado que hacía dudar si eran o no reales.

"La música más hermosa del mundo" tuvo siempre una musa
que la inspiró y que le transmitió la escenografía y su mensaje
para recrear el teatro de la ilusiòn.

Hay que aclarar -y esto ya lo sugerí alguna vez- que los personajes de los libretos de este "álbum literario-musical", el perfil de su ficción, están extraídos de un universo de ilusiones que se alejaron de la realidad, porque la realidad mató la fantasía. Por eso la música salvó la magia de los personajes y “la música más hermosa del mundo” inspiró los escenarios que se descubrieron en los relatos de la obra. En el transcurso de las publicaciones que hice, cada pieza musical creó un guión y describió el color y la forma de una escena, de forma que todo el conjunto configuró una historia, contemplada unas veces como un cuento extraño y singular, pero maravilloso; como todos los cuentos; otras, una historia triste y perdida en el tiempo, pero nostálgicamente bella.

Es "la princesa del cuento", la que creó "el viejo mago"
con sus trucos de magia, para convertirla en la musa de
la ilusión.

Creo que, en esta ocasión en que ya había cerrado el álbum de mi crónica, me he dejado llevar por la nostalgia, más que por dedicarle un tributo a los escenarios de mi ficción del pasado. Confieso que me seducía evocar parte de aquella escenografía. Y esa tentación me ha llevado ahora a despertar aquella historia dormida. Por eso, he querido evocar los viejos recuerdos de "mis personajes", tal vez recuperar su mágica presencia en nuevas estampas musicales, aunque describiendo parte de su esencia, mediante la luz y el color con que solía envolverlos. La luz y el color, con que nos inspiraron, a mí y a mis personajes, un maravilloso cuento. El cuento de una “princesa” que debió ser creada por un mago que no quiso revelar su identidad en el transcurso de sus relatos, aunque a veces quedara al descubierto. Porque, no olvidemos que sólo los magos, con sus “trucos de magia”, pueden hacer aparecer las “princesas de los cuentos”. Ni olvidemos que “solo la imaginación de quienes escriben pueden crear los cuentos”. Y que, como decía Hans Christian Andersen, “La vida es el más maravilloso cuentos de hadas”, son nuestras ilusiones, que convertidas en “hadas”, las que pueden recrear ese cuento con su magia.

Imagen romántica de una escena de "Patines de plata"

Para hacer una introducción musical a la evocación de esta aventura literaria y musical, casi como una leyenda personal, hoy y aquí, nada mejor y para ilustrar este “cuento de  la vida", que dejar envolvernos por el Love Theme (Clic) de la película rusa “Silver Skates" ("Patines de plata)” música compuesta por Gui Farley para su banda sonora. Una partitura bellísima que ambienta unas escenas llenas de luz y color en una película de aventuras, aunque también con romance, y que se convierte en un prodigioso cuento, tal y como podría transformarse, al menos parte, precisamente en la aventura de la vida. (Clic en el título del tema que reproduce el vídeo y en todos los de los enlaces restantes)

La música está adormecida, y la historia también,
pero hay una luz, aunque tenue, que la mantiene
latiendo en espera de que la despierte la ilusión.

Descrita así la analogía entre la vida, su simpleza más anodina o sus aconteceres más apasionantes, y la magia que alguna vez aparece en sus escenarios, inmersos en esa fantasía que nos transmite la música anterior, abrimos el resto de los temas del "Volumen 18", con un título que estará también, al piano como bis, entre los últimos de este álbum literario-musical. El tema es "Love Stream", que pertenece al disco "Luxe" y cuyo autor es Brice Davoli. La música se inicia con unos compases que interpreta el piano y que parecen describir el estado adormecido de una historia relatada aquí en los últimos años. El piano representa casi siempre al personaje con el que yo mismo me identifico. Soy yo, por tanto y como autor de la obra, quien describo con estas notas el sentimiento de este sueño. Lo cierto es que hay un momento en que la melodía recobra más vida. La intensidad de la cuerda pone énfasis en la música del piano y hay un mensaje muy claro. Ese estado aletargado se interrumpe y "la historia", de nuevo, parece cobrar vida. Al menos, el teatro de la imaginación se abre y las cortinas se corren para poder contemplar la escena.

El piano, con su melodía, es "el personaje invisible" que
anunciará la aparición de la escena. Luego, entrará el 
acordeón para dar vida a la película de la ilusión

"Une valse invisible", de Oskar Schusger y de su disco "Les valses invisibles", nos trae viejos aires de valses, aún "invisibles" en los recuerdos de imágenes muy lejanas. Por ello, es el piano el que sigue describiendo la percepción de que los personajes parecen despertar. Y es el personaje que representa el piano el que anuncia que los demás personajes entran en escena.

"Cinema Paradiso - Love Theme", de Ennio Morricone, en una versión adaptada e interpretada por Jeff Steinberg. Con esta música, la que puso banda sonora a una obra magistral del cine, y en la que nos sugirió, quizá nos convenció, que "la vida es una película llena de sueños", percibimos un mensaje pletórico de luz de ilusiones, pero también de colores de desilusión. La música es un canto idílico al paso del tiempo y a los recuerdos, como nos describió la película, como nos dejó entrever,

"El viejo mago" seduce el alma ensoñadora
de "la dama del Sena" con su música. 
tanto en ella como en mi ficción, el transcurso de un romance entre el alma ensoñadora y apasionada del protagonista de la historia relatada y su imaginación romántica. Hay una sugerencia idílica entre el mensaje musical que nos llega desde cada fragmento de la versión de este tema. Al inicio de la melodía que interpreta el piano, que representa el protagonista anónimo, le responde de inmediato las notas tímidas de un acordeón, quizá la música que representaba aquella lejana "dama del Sena" de mis relatos, la que una vez fue "la niña del vestido blanco" y que luego se convirtió en "princesa" de su cuento. Quizá, como una analogía entre Salvatore y Elena, los personajes románticos de "Cinema Paradiso", con los de mi ficción. En el tema, después, aparecen los compases teñidos de tristeza del violín. Tal vez es aquel otro personaje desilusionado y resignado de la historia, el que conocimos como Sophie. Definía así la partitura musical, aquí mismo, hace justo 8 ahora años: "... es el color, casi irreal, el de los sueños, el que envuelve el beso y el abrazo que se oculta en la ternura de este love theme".

"Dos mujeres" (201 representa una analogía entre
la trama del film y la crónica de esta ficción, aunque
en contextos diferentes.

"Theme de Gino - Deux hommes dans le ville", de Phillipe Sardé. El escenario.con las imágenes del pasado ha cobrado vida y la música de este tema nos evoca a recuerdos perdidos y muy lejanos. La música de este tema y de "Recours en grâce" pertenecen a la película francesa "Dos hombres en la ciudad" (1973). Curiosamente, el título alude a los dos hombres que protagonizan el film, aunque en esté álbum esa música va a decorar un contexto de personajes muy diferente y el comienzo de su retorno a la ilusión de las escenas más emotivas de otros tiempos. La música describe a las dos damas que fueron esos personajes protagonistas en los relatos de este álbum.

"Le jardin -Sage femme", del compositor francés Grégoire Hetzel, es un tema que pertenece a la banda sonora de la película "Dos mujeres" (2017). Una música envuelta de sentimiento y pletórica de sensibilidad. Y es curioso, porque también aquí el título alude a dos mujeres, aunque, como antes, en un contexto argumental distinto al de las damas de los libretos del álbum. La música, descrita por el violín y el cello, quizá en un diálogo idílico de sus personajes, se encuentran por primera vez y antes de que surgiera su inintencionada rivalidad con el personaje que centra la trama de la historia.

El piano despierta con su triste melodía a
una mujer dormida en su sueño
"Les choses de la vie- Theme", de Philipe Sarde, de la banda sonora de la película también francesa "Las cosas de la vida" (1969). La película es un drama romántico y se refiere a un hombre atormentado por una crisis emocional que sufre por su relación mantenida con dos mujeres. Es una encrucijada que de alguna forma podrían sentir también las dos mujeres de la historia, aunque tal vez de una forma distinta. Es el piano el que describe con su nostálgica melodía esas "cosas de la vida". Y es la cuerda, la que responde a ese lamento lo que inevitablemente tendría que suceder. El "Love Theme" de la banda sonora nos muestra en este vídeo las imágenes más románticas del film y en ellas vemos a Romy Scheneid, espléndida y encantadora en algunas de las escenas.

El Sena de noche, una mesa en la cubierta
del Bateau Mouche y que espera a dos
eternos amantes. La evocación de una
imagen siempre latente en los invisibles
escenarios de mis relatos.

"Bateau Mouche", de la BSO de la película "Charada" (1963), compuesta por Henry Mancini, aunque adaptada aquí en la versión de "Café Accordion Orchestra", es todo un clásico de la antología musical francesa, en ese mágico escenario parisino que nos ofrece el acordeón. Y no es casualidad el mensaje que transmite la ilusión de unas imágenes muy sugerentes extraídas de la historia de este álbum, comparadas con la mítica y romántica secuencia nocturna en el enclave de El Sena, en la que aparecía la pareja protagonista de la película en la cubierta de un "Bateau Mouche". Ellos eran Audrey Hepburn y Cary Grant. Y es que también fue la misma música la que reunió en el mismo lugar a "la dama del Sena", el personaje también identificado en este relato como “la princesa”, con el personaje “anónimo”. El tono del acordeón en esta versión es más festivo y gozoso que el tono melancólico del tema original de Mancini. Además, hay un guiño en la música que podemos escuchar con el diálogo que hacen la guitarra, la mandolina y el acordeón, entre ellos. Indudablemente, hay un motivo de divertimento en la fantasía de esa escena que bien podríamos imaginar.

´"Dama de época en Los Campos Elíseos", de Jean Béraud
(de la colección Tysset), representativa de la imagen de
"La dame de La Seine"

Vent de Paris es un valse musette de autor e intérprete anónimo que describe musicalmente el acordeón del tipo "fisarmónica”, con sus notas y acordes en un tono muy parisino, los “aires” de la magia de Paris. De ahí el título del tema. Y es la descripción que mejor le viene al carácter alegre y divertido con el que en principio conoceríamos a la “dama del Sena”, afanosa de envolverse de los sones y el ambiente más pintoresco de “la ciudad de la luz”. Podemos ver la representación de su imagen en el detalle de la pintura de Jean Beraud al margen, una dama recorriendo presurosa “Los Campos Eliseos” en París.

Valse des lucioles es otra “musette”, esta vez interpretada por la acordeonista francesa Danielle Pauly, tema que nos recrea la estampa más parisina y enmarcada en sus “colores” más populares. Nuestra dama de La Seine aparece en los recuerdos escénicos de aquel lejano “visor de antigüedades” bailando el vals en alguno de los lugares que ella acostumbraba a frecuentar. Precisamente, así la describíamos en uno de los libretos de esta obra musical, ya hace años.

Tal vez, Sophie se fue a buscar consuelo en la
 música de romances lejanos.

Flight to Rome”, del compositor francés Baptiste Thiry, incluido en su álbum “Annie Girardot á coeurt ouvert”, y de quien ya extrajimos otros de sus temas en capítulos anteriores, es una música que dibuja algunos trazos de una estampa muy “vintage” en que se enmarcaba Sophie, la otra de las damas, personaje de esta crónica literaria y musical. En aquella época, ella vivía en Roma, aunque su corazón seguía atrapado en la ciudad luminosa del amor, quizá cautivada entonces por algún romance y alejada de desencantos parisinos.

En cuanto al tema Roma di notte, del mismo autor, es una partitura que describe un momento en una de sus noches en “la ciudad eterna”, posiblemente, presa ya de la nostalgia de sus recuerdos mas románticos. Y no es casualidad que escuchemos al principio el guiño musical de unas notas melódicas de acorde, notas que nos confirman ese hechizo de la dama  por sus nostálgicos recuerdos.

 Hay un mensaje en esa armonía colorista.
Son tonalidades parisinas, con los colores
de la magia de un cuento.

Couleurs de Paris”, de Georges Delerue, incluido en la BSO de la película italiana “Il conformista (1970), es un tema que en el contexto y significado de nuestra particular historia describe la fantasía colorista de “la ciudad de la luz y del amor”, aunque con el guiño evocador a vivencias y referencias musicales de los personajes del relato que sólo ellos conocían. Recordemos cómo los colores de la música nos llevan a los colores de un escenario 'intimo en la imaginación. Y es que, no sólo la combinación de sonidos y su armonía, construidos por la inspiración del autor, llevando su transmisión estética a quien escucha para conseguir el efecto emotivo, sino la expresión de un mensaje contenido en la música, capaz de conmover el sentimiento y la ilusión, recreando el capricho de un argumento en nuestra imaginación, es lo que convierte a la música de una simple transmisión estética a la sublimidad de su comunicación. Sólo el universo de la música puede transportar ese contenido argumentar y ser interpretado por la magia del teatro de la imaginación. Por cierto, revisando este pensamiento, recuerdo aquel sub-texto que escribí una vez debajo de una imagen muy sugerente de París: "Siempre hubo el recuerdo de algunas escenas con tonalidades "parisinas", con "los colores" de la magia de un cuento, y que permanecen en la película de mi vida".

La violinista se deja llevar en su interpretación
por la melancolía, atrapada por sus recuerdos.

La amitié”,
de la banda sonora de la película “Frantz” (2016), compuesta por el autor francés Philippe Rombi, describe con su música, yo diría que con una sensibilidad sublime, el sentimiento generoso y transparente de la amistad. La armonía melódica que nos transmite la composición es capaz de comunicarnos ese mensaje emotivo al que nos referíamos con el tema anterior. "La dama del vestido azul" de la imagen parece querer ocular su rostro para mostrar su identidad solo con su música. Tal vez, también aquí podríamos hacer otra particular interpretación viendo las imágenes de la composición del vídeo también titulado "La amitié", y que representan el mensaje, bello aunque melancólico, también de una desilusión. Quizá, aquella que en un lejano momento del tiempo sufrieron los personajes que representan las dos damas del relato, y que nos hace entender lo triste de la fatalidad de su destino. Lo cierto es que, posiblemente ese contratiempo les sirviera para reforzar entre ellas su complicidad y sus leales lazos de la amistad.

Es la representación de la imagen"la dama", ahora aquí
vestida de rosa, espléndida, en una escena romántica de
un  baile de época.
Valse sur une berceuse anglaise”, de Fernando Velázquez, de la banda sonora de la producción norteamericana “La cumbre escarlata (2015). Sin que tenga relación alguna el argumento del film, un romance sobrenatural en clave de terror, la música de este vals describe uno de los instantes más gozosos que en otros tiempos del pasado vivió “la dama del vestido blanco”, el que fue personaje más turbador de la historia y el más controvertido  en cuanto a su incierta identidad. Sin duda, de los dos personajes femeninos, ella era la que a menudo más aparecía, descrita en clave musical de vals o de “musette”, y no la olvidemos, en ocasiones con su toque solemne y ostentosa. Imaginándola además, con frecuencia, espléndida y con su atrayente sonrisa. La versión de este "Valse" (clic en el enlace) reproduce la escena del baile, extraída de la película "La cumbre escarlata"..

"La dama parisina", en la ilusión del universo de sus
sus sueños, en plena danza para "salir de ella misma"

Rond par terreyValse Pirouettes”, de la pianista rusa Elena Serduke-Prazdrikova, de su álbum “Ballet class”. Dos temas, a través de cuya música y fantasía podemos contemplar una bellísima estampa del personaje de la dama “la princesa” parisina en una danza de ballet, de la que era una apasionada aficionada, mostrando su estilizada, esbelta y delicada figura, además de una exhibición de piruetas y contorsiones. Imaginamos así, aquella remota escena que nos ofreció en la ilusión de un mágico teatro parisino. Y así, la bailarina Martha Graham decía: "La danza es el lenguaje oculto del alma". En cuanto a la propia "dama parisina", ella llegó a decir: "A veces necesito bailar para salir de mis misma, y eso me lleva a soñar y alejarme de los temores que aguarde mi destino".

El marco elegante y refinado del baile de la dama del
vestido blanco

Christine WaltzyElegance”, del compositor, pianista y orquestador canadiense Richard Abel, son dos temas incluidos en su álbum “Elegancia” de 2005. Los dos describen el carácter desenfadado y festivo de "la dama del vestido blanco", que fue “la princesa" de su cuento, en una época en la que aún no había conocido la desilusión. El primer tema, más desenvuelto, quizá más animado y atrevido; el segundo más refinado y elegante, como bien define su título. Incluso, aún más distinguido y ceremonioso es su composición "Valses en robes de bal"Por cierto, decía la bailarina Judith Jamison "Si miras a una bailarina en silencio, su cuerpo será la música. Y si enciendes la música, ese cuerpo se convertirá en una extensión de lo que estás escuchando". La coreógrafa Kristy Nilsson añadía "La danza es la metáfora favorita del mundo". Y quizá, opino yo, "el baile, la danza, es la comunicación más perfecta entre el movimiento del cuerpo y la imaginación".

Representación de"La dama parisina", vestida
de rojo, quizá bailando en el pasado.
Dancing into the Past”, de Baptiste Thiry, de su álbum “Dans les bals populaires”, es un tema que como el título indica, “Bailando en el pasado”, nos describe una escenografía en la que se suceden momentos de tiempos muy lejanos. Los recuerdos se van desvaneciendo, uno tras otro, entre recuerdos de un baile popular en el que vemos en el pasado a “la dama” y la imagen más reciente de otra escena en la que aparece bailando más apresurada, casi frenética, con un aire un tanto travieso y revoltoso.

"Valse Parisienne". Es un tema anónimo que solía interpretar el mítico acordeonista René, citado con frecuencia en mis relatos, junto con otro compañero suyo, en los enclaves próximos al Sena. El vals, con su aire nostálgico y de lo más parisino, está interpretado al acordeón y violín. Al parecer en la versión callejera que hacía René, era su amigo quien le acompañaba al violín. Quizá es el vals más apropiado para darle ambiente y poner su mensaje al baile con el que solía celebrar "la dame parisienne" su danza improvisada, con aquel vestido de rojo con el que alguien la encontró alguna vez en las cercanías de "La Seine". Tal vez, fue cuando entonces comenzó a conocerse como "la dama del Sena".

Recreación del momento en que Sophie y su amigo entran
en la escena en la que aparece "la dama" en aquel baile.
Grande valse romantique”,
de Georges Delerue, perteneciente a la música que compuso para el film "Le Jeune Homme Vert". El tema, en cambio con los anteriores, es un vals instrumentalmente más sencillo. Sólo escuchamos un violín y un cello, a los que acompañan el piano. En la fantasía del teatro que una vez apareció dibujado aquí, en este álbum litera
rio-musical, podríamos imaginar la escena: el encuentro de los tres personajes en un baile que anima la pequeña orquesta y en donde “la dama del Sena” está muy bien acompañada. Sophia y su amigo, que acaban de llegar al lugar, quedan sorprendidos. Ella se da cuenta de la situación y del efecto y desilusión que se produce en su amigo.

Es una fantasía dr la orquestilla que describe el mensaje.
Cabiria's Waltz (Slow Version)
”, De Henryk Topel, de su álbum “Fellini´s Magic World” y homenaje a la música de Nino Rota, Es un tema que describe la evolución que va tomando el ánimo y carácter del personaje de "la dama" de la historia, según acontece su destino y que va describiendo el acordeón, al que acompaña muy tímidamente el piano. Una música que nos trasmite el sentimiento del personaje. Hay un momento en que la música cambia su registro y se hace más melancólico, incluso hasta puede percibir el sonido como de un lamento, casi de un sollozo.

Es la fantasía de un recuerdo del pasado, representada
por esa escena de ballet en la que vemos a "la dama"

To vals tou gamou” (Slow versión), de la compositora griega  Eleni Karaindrou, del film “Souds and Silence” El tema es otra evocación al pasado, una más a buscar la ensoñación de recuerdos, del instante de un encuentro, tal vez un momento que no sucedió. Y los sueños de la bailarina quedan plasmados en este vals para ballet en un diálogo musical entre un violín y una guitarra. La partitura es tan sugerente que parece recrearnos una escena en la que el personaje del violín parece mostrarse afligido, y en su lamento percibimos la apariencia de un sollozo, y es ella, "la dama parisina". En cuanto a la guitarra que le acompaña da la impresión como si la confortara y la consolara, es él, su amigo. Hay una versión de este "Vals de celebraciones", que interpreta la propia compositora al piano, al parecer ante una de sus alumnas, quien deberá inspirarse con la música para interpretar su danza en un ballet. En mi libreto, la escena es una fantasía en la que "la dama" de la historia trata acercarse a ese universo que ha encontrado lejos de su desilusión y en el que decide entregarse al ballet como bailarina..Karaindou continuará interpretando otras dos piezas, al tiempo que, en las dos primeras, la pianista no deja de mirar de vez en cuando a su alumna, o quizá su amiga, mientras la sonríe con cierta complicidad.

Dos personajes que imaginan la locura de su coreografía
mientras se dejan llevar por el baile de sus recuerdos.
Waltz for Christine" , de Stacey Hersh, música del telefilm "
Come dance with me” ("Ven a bailar conmigo"), Steven Thompson decía: "La danza es un arte. Dibuja tu sueño y síguelo". Es posible que, sin perseguir ese arte, "la dama parisina" buscara dibujar sus sueños en los pasos de la danza. Es posible que, soñando con la música que le hacía bailar, se encontrara en ese escenario fantástico de sus sueños. Pero quizá, también le llevara a los recuerdos del pasado y, con ello, a recrear la locura de la coreografía de su ilusión. Las imágenes de la composición al margen están extraídas de la escena del baile final del film "Come dance wiith me". La música del tema nos lleva a recrearnos en los escenarios de nuestro pasado. Una vez más, podemos advertir el diálogo musical que se produce entre el violín y el piano, y que representan a los dos personajes que aparecen en los marcos escénicos anteriores.

El piano y su melodía transmiten un mensaje
Valse Mulsanne”, del compositor francés Etienne Balestre. Es un vals tranquilo y nostálgico, interpretado sólo por un piano, que expresa con sensibilidad y una especial sugerencia emotiva y un sentimiento de tristeza contenida. Las notas del piano,un tanto tristes, como su melodía, nos conducen a momentos del pasado, quizá a un halo de ilusiones que permanecen en medio del tono melancólico de la música. Una vez escribí: "La música es el mejor pasaje y el mejor transporte para llegar, en el nivel más alto de inspiración, al universo de los sueños”. Sin embargo, también debe haber una inspiración en la disposición emocional y afectiva, un mínimo de sensibilidad y sentido estético, cuando la escuchamos para entender el mensaje que encierra su marco pictórico, e incluso conmoverse con la vehemencia y la pasión de su poesía y la metáfora de sus notas y acordes.

Evocación a lugares desaparecidos ya en el tiempo, imágenes
de retratos desvanecidas en el olvido como la que aparece en
medio de la foto y que se trata de la misma dama parisina.
Valse for Julian, de Gabriele Roberto, música del documental "Schnabel - A Private Portrait", sobre un pintor y director de cine neoyorquino. Un vals envuelto en un halo de misterio, pero también con un mensaje de tristeza melancólica. Precisamente, decía en una de mis reflexiones sobre la música: "La música no solo describe "literalmente" las notas de una partitura, ni tiene como finalidad la exclusiva recepción de la melodía, pues es también la intencionalidad de su mensaje lo que además pretende.". Y es que hay momento en el tiempo de la historia que, de forma encubierta relaté en mis libretos, los personajes han llegado al climax de su desencanto y desesperanza. Los acontecimientos se desencadenaron hacia un destino desafortunado. Y lo cierto es que ni ellos mismos hubieran deseado qué les sucedió y cual fue su destino.

Finalmente, no es que pensemos que los sueños no se cumplen,
sino que nuestra "dama" prefiere dormir su sueños con la
esperanza de convertirse en "la niña del vestido blanco"
"Lullaby Variation", de Fernando Velázquez, de la misma banda sonora citada anteriormente, del film "La cumbre escarlata". En esta ocasión de trata de una canción de cuna, cuyas notas melódicas al piano nos describen ese momento en que no sabemos muy bien, si es una música para llevar al personaje de "la dama" a convertirse de nuevo en "la niña del vestido blanco" o, por el contrario, es el tema que hace despertar de lo que debió de ser todo un sueño. El piano, también como personaje que representa al narrador de la historia, tal vez está describiendo que en ocasiones los sueños se desvanecen cuando están a punto de hacerse realidad. No podemos perseguirlos ya cuando la realidad se alejó de nuestras ilusiones, o cuando el destino ensombreció el deseo que perseguíamos. Solo podríamos intentar viajar a través de la locura del tiempo. Quizá por eso aquella  dama ensoñadora se durmió con la esperanza de volver a ser la "niña vestida de blanco".

Es una fantasía de la imagen representativa de"la dama  vestida
de azul", interpretando la magia de su música para convertirse
dc nuevo en "la niña del vestido blanco".
"Eternity and a day - By the sea", de Eleni Karaindtrou, perteneciente a la BSO de la película "La eternidad y un día" (1998). La película es una bellísima poesía filmada, en la que el protagonista, un viejo escritor, que debe enfrentarse con su compromiso con el destino, se encuentra además con su esposa ya antes fallecida, tal vez en un lugar en el tiempo. El piano vuelve a ser el personaje de la narración de la historia, y es aquí donde se desvela una parte de lo que debió suceder entre los confines de "un día" y "la eternidad". Y eds aquí, en esa música, en donde se produce una analogía entre parte del argumento del film y lo que aconteció en mi ficción. Quizá, es el tema siguiente, este "Love Stream", de  Brice Davoli, con su solo de piano, el que mejor describe "la película" de una historia que había comenzado hace casi 20 año, narrada en una crónica de música, imágenes y mensajes, muy sugerentes unas veces, quizá "impresionistas" en otras ocasiones. Una crónica relatada en un álbum literario-musical que titulé "La música mas hermosa del mundo"-

Fantasía pictórica del destello de la imagen
del personaje de "la niña del vestido blanco"
"Deux Hommes dans la Ville. Theme de Gino",
de Philippe Sarde. Es el mismo tema que aparece entre las primeras partituras de este álbum, aunque en versión de solo piano. Y es el piano, precisamente el personaje del piano, el que se lamenta del camino de los destinos que tuvieron sus amados personajes. Ahora, esa música le lleva a vivir en el universo de su imaginación los escenarios del pasado y la nostalgia de sus ilusiones. Y son los recuerdos los que le mantienen vivo en su soledad. Pues aunque, como decía Gustave Flaubert: "
Los recuerdos no pueblan nuestra soledad, como suele decirse; antes al contrario, la hacen más profunda", en cambio, esos recuerdos "son el único paraíso del cual no puede uno ser expulsado", como dijo el escritor Jean Paul. Y decía Gabriel García Márquez: "Recordar es fácil para el que tiene memoria, olvidarse es difícil para quien tiene corazón". Luego yo añadiría: "Recordar es fácil para quien tiene de cerca las escenas del pasado grabadas en el teatro de su ilusión, Olvidarse es difícil si se convive y se escucha la música de los recuerdos en la imaginación"Quizá el tema "An Early Sunrise", de Randy Edelman, perteneciente al film "Tenías que ser tu", describa musicalmente  a ese paraíso de los recuerdos del cual "uno no puede ser expulsado".  Es un instante musical en el que cobran vida los recuerdos... tal vez de los que formaron parte de los sueños que siempre deseamos se cumplieran.

Imagen nocturna de La Seine, lugar simbólico
de un "encuentro". Una fantasía. Un sueño. 
Son los dos últimos temas, con los que finaliza también este último y definitivo "Volumn 18 y que, como queda subtitulada su "playlist", es "La evocación" a todo el álbum musical. El primero, "Musetta's Waltz", es un tema interpretado por el acordeonista Dominic Caruso, El segundo, "Douce France", adaptación musical que hace el pianista Jean Paques. Dos clásicos que,  identifican, cada uno de ellos, al personaje femenino de la historia. Un broche musical para cerrar felizmente todo un relato turbador e inquietante, unas veces, y enternecedor y conmovedor, otras: aunque siempre en clave romántica, quizá con inevitables tintes melancólicos.

La versión de "Musetta's Waltz", de Dick Hyman, que compuso para "Hechizo de luna", adaptación que hizo de la música de "La Boheme", de Giacomo Puccin,i describe el propósito de un final feliz, como que, después de todo, al final loa sueños se cumplen, quizá algo así como en esa comedia de cine de 1987, aunque en esta particular historia es el tono parisino, con su registro de acordeón, el que desvela los escenarios que llevaron a "la dama del Sena" al recuerdo de aquel viejo encuentro en los lugares en donde se inicia esta crónica literaria y musical. (Clic en los enlaces)

Fantasía nocturna en el marco de La Seine,
cercana al guiño del Douce France de 
En cuanto a la versión de "
Douce France" la adaptación que hace el pianista Paques de la canción popular de Charles Trenet, una de las sintonías más "francisé" que atesora su antología musical, su melodía descubre también, en este caso de forma muy significativa y refiriéndose a Sophie, su afición por acudir al "piano-bar", o al "café jazz", además de su gusto por frecuentar la soledad de una mesa de terraza en la magia del Café Les Deux Magots, en la Place Saint-Germain des Pres.. Y nos decía Bernard, el hermano de Sophrie, que ella solía acudir sola a un club de jazz en un enclave próximo al Sena. Recordemos además, como escribía ya en la crónica de mis relatos, que "Las notas melódicas del piano buscan recuperar recuerdos lejanos, casi perdidos en el olvido, para recrear un nuevo escenario de los sueños". Finalmente, parece que era ese tema, "Douce France", pero en una versión que interpretaba un cantante francesa con uno rasgos en su rostro muy parecidos a los de ella. Una canción muy apropiada para los momentos tan melancólicos que padecía algún tiempo, poco antes de su fatal destino.

Fantasía metafórica del romance idílico que
transmiten las notas melódicas del piano.
La verdad es que, escribiendo estas últimas líneas, no dejo de pensar en cómo me he dejado llevar por la sugerencia de la música, a veces por su hermosa nostalgia, para describir la ilusión, su devenir y el destino de los dos personajes que marcaron el idílico argumento de los libretos de esta historia. La música que, no sólo protagonizó la cuerda sinfónica o la orquestación de muchos de los temas, sino de instrumentos musicales que tomaron identidad para representar a personajes, conocidos aquí como "la dama del Sena" y Sophie, ésta, la única de las dos que identifiqué con su nombre, y que fueron interpretados por el acordeón, el violín o el cello. La música que protagonizó, quizá aún más, el piano con sus notas melódicas y acordes y que, con su tono festivo unas veces, melancólico otras, ha representado a lo largo de capítulos al personaje amigo de las dos damas, y descrito los cuadros escénicos que sucedían en cada uno de los capítulos. Una música que transmitía un mensaje así: "Las notas melódicas del piano buscan recuperar recuerdos lejanos, casi perdidos en el olvido, para recrear un nuevo escenario de sueños".

"¡Señoras y señores, aquí se acaba este cuento, y aacaba la
función!" Dijo mi musa del alma, bajando así el telón.
Y bueno... para terminar este relato de casi veinte años, de un cuento, una semblanza o una ficción, pues ni yo mismo sé muy bien lo que fue, pero que con el pretexto de la música de cine y fusionando el  sentimiento de esa música, la belleza, la ilusión y su poesía, compuse los 
libretos que reuní en lo que llamé mi "álbum literario-musical", les quedo ya aquí este último pensamiento: "Quizá sólo la belleza de la música pueda llevarnos al momento sublime de la inspiración del alma, de su abandono, de hacernos viajar a la poesía de la ensoñación".

Es una fantasía pictórica de "la niña del
vestido blanco"
ANEXO ó APÉNDICE
. Quizá resulta desafortunado titular así este último capítulo de la crónica más nostálgica que he escrito nunca.  Puede sonar como el título final de un escrito de ensayo, algo frío, como ajeno a los sentimientos del autor. Lo cierto es que, después de un mes de la publicación de este última parte, con la que, y con su conclusión, ponía fin a mi álbum-relato-musical, eso sí, sin que desvelara apenas acontecimiento alguno que no fuera dentro de la ficción, he tomado la decisión de descubrir un hecho que supe mucho después del transcurso de parte de lo narrado en mis libretos, aunque casi siempre escrito de forma encubierta.

Aquel suceso estaba relacionado con uno de los personajes de mi historia, el más indefinido y oculto, pero significativo en la razón de mi obra, el más confuso e impreciso, pero nombrado muchas veces con más de un seudónimo: “la dama parisina”, “la dama del Sena”, “la niña del vestido blanco”, o “la dama vestida de azul”. Cierto es que aquel hecho lo conocí casi de forma casual, de alguien que había formado parte de la complicidad, más que de la cercanía, del personaje protagonista de la historia. Había protagonizado un cuento que yo había escrito algunos años antes. Su título, “El cuento de la princesa y el campesino”.

Luego se transformaría en "la dama vestida de azul", pero
aún evitaría descubrir su rostro. 
Evidentemente, esa dama era “la princesa” y éste fue el primer seudónimo con que la identifique en mis relatos. Su personaje “cómplice” era “el hada”, Ella fue quien me contó, aunque fuera del cuento, el secreto que siempre decidió ocultar la heroína de mi historia

Lo cierto es que, en torno a la dama de la historia, siempre hubo algo de misterio, en el transcurso de mis libretos quedó mostrado su comportamiento nostálgico, quizá porque lo justificaba sus desencantos, quizá por un desamor secreto que sufrió. Sus apariciones se movían entre gozosos momentos, quizá los que tuvo en tiempos más lejanos, y entre los que, mucho después, le produjeron su desengaño, su fracaso sentimental, tal vez los que le llevaron al drama de su melancolía. Como autor de una ficción que extraje de una parte de la realidad, nunca pude imaginar las circunstancias infelices que rodeaban a “la dama del vestido blanco”, luego vestida de azul. Nunca pude creer que la verdad de sus sentimientos fueran los que el “hada” de aquella ya lejana “princesa” me confesara, aunque siempre hubo una sospecha de aquella tristeza, pues su melancolía, era conocida por Sophie, el otro personaje de la narración, el más inequívoco y definido, aunque ésta nunca quiso desvelar sus posibles motivos.

La dama vestida de azul sumida en su tristeza
También es cierto que aquella confesión me produjo tal impacto y asombro que tardé mucho tiempo en reconocer la verdad de los secretos sentimientos     que rodeaban a “la dama”. Y así fue, que un día, después que se la llevara “la eternidad” en su cruel destino, el “hada” buena del cuento me confesaría que la “princesa” estuvo siempre enamorada de su “campesino”, desde los tiempos de la recreación de los escenarios de aquel cuento, hasta que definitivamente se fue. Al parecer, ella nunca quiso descubrir sus sentimientos, quizá por discreción, puede que porque supiera que era un amor imposible, o tal vez por temor a la desilusión del rechazo. Nadie supo jamás la verdad, excepto el hada de su cuento y el personaje Sophie de la historia, a quien quizá se lo rebelaría secretamente.

"La dama vestida de azul" se desvanece en el infinit.o

Quizá debería haber mantenido el secreto de un hecho como éste, aunque desde la ficción de la historia relatada en este álbum literario-musical. ¿Hubiera sido suficiente con los guiños sugerentes que han ido apareciendo en el transcurso de los libretos publicados? Pienso que no, pues creo que me debía a mi lealtad a una hermosa historia que protagonizó alguien que personificó una dama de auténtica y honorable dignidad. Tal vez, ella me lo agradecerá desde el infinito. Y en cuanto al autor de los libretos de esta obra literario-musical, es evidente que sólo describirá el secreto como una página más de una crónica escrita entre los colores de la ilusión y una vaga e imprecisa realidad.

La pianista Faranak Shahroozi nos describe con el diálogo
musical de sus notas y acordes la revelación de los secretos
de "la dama enamorada"
 Y como en un recital musical, y para ilustrar ese acontecer no revelado hasta ahora, nada mejor que dejar un “encoré” con dos “bises” y que describirán el significado de esta confidencia que me he propuesto revelar. Son tres temas interpretados al piano, porque tal vez las notas y acordes del piano son las que mejor narran y definen musicalmente la parte más significativa de la historia, y que desvelan ese secreto ya mencionado antes. La autora de las partituras es Faranak Shahroozi, pianista iraní-estadounidense. Es el alma inspiradora de esta compositora la que he elegido para este último libreto de mi relato, porque es además la mejor conexión entre ese significado a que antes me refería y el mensaje que el espíritu de aquella prodigiosa dama hubiera querido transmitir.

Fantasía de "la dama" dispuesta a bailar el tema "Persia"
“Persia” (Clic en el título) es un tema que nos recuerda la etapa de nuestra dama en que la imaginamos bailando aquel “Valse de Prouettes” de Elena Serduke, o uno de aquellos otros valses de Richard Abel. Ciertamente, la música aquí influenciada por el estilo oriental de Faranak, nos trae también aires más propios de una danza andaluza, quizá recordando la época en que los tiempos de aquella “princesa” fueron más felices.  Esta otra versión de “Persia”, con la actuación de una bailarina y animada por la música al piano de la propia pianista persa, os lleva a imaginar a nuestra “princesa” del cuento, para dejarse llevar por las piruetas de la danza oriental.

Al parecer, sería el retrato enmarcado de "la
dama parisina", la eterna princesa del cuento.
El tema Lovestruck (“Enamorada”) nos transmite todo el lirismo del sentimiento que un día ella, "la niña del vestido blanco", luego "la dama vestida de azul", descubre y comienza a turbarle y atormentarla. Se siente atrapada por aquel sentimiento, sabe que está enamorada, pero también que su amor es imposible. Por eso, ha decidido no revelar a nadie su pasión. Es entonces cuando la encontramos en los libretos como "La dama del Sena". Melancólica y sumida en su tristeza, al comprender su terrible descubrimiento, baila su último vals, El vals de las palomas”. Y se produce el momento en el que se entrega a su fantasía y sueña con convertirse en una paloma para volar lejos, muy lejos de su destino, hasta “la eternidad” y a través de un viaje de ida, pero sin vuelta, el que transcurre por el "infinito". Eso sí, parece que la magia de este álbum nos quedó un detalle generoso. De verdad que no pude impedirlo. Si fue repentino o improvisado... quizá no estaba dispuesto, pero el destino quiso dejar aquí ese retrato enmarcado con la imagen de "la dama parisina"(Clic en los 2 títulos) 

El piano nos trae a veces un mensaje que nos transmite
nuestra musa del alma, o quizá la dama de los sueños.
Ha sido el piano, y no el acordeón, cuya música identificaba siempre la esencia del personaje protagonista, el que puso la partitura musical en estos tres últimos temas, porque fueron las notas y acordes de su melodía los que transmitieron su mensaje de complicidad con el autor, desde la recreación de escenarios nostálgicos, envueltos en colores de fantasía, hasta la caída del telón que puso fin a la función del teatro de nuestra imaginación.

Y termino con dos frases que definen muy bien el poder de la música. Una, alguien dijo: "La música es un bálsamo para aliviar nuestras frustraciones, para iluminar nuestros momentos más oscuros y nuestra inadvertida soledad". La otra es de Ricardo Mutti, quien dijo: "Perdámonos en las olas de la música, unas veces, llena de tristezas, otras, de alegría".   

(NOTA. El anexo de este artículo no está incluido en el libro PDF ni en otra versión impresa. Solo aparece en este sitio web)

Bueno, pues... y dijo el viejo Rusty: "Y así fue, que después de tantos años, evocando mis antiguos escenario, en mis relatos y en mis cuentos, en mis visiones y ensueños, terminé pensando, entre una ilusión y un desaliento":                  

"¡Qué será de tu recuerdo, de tu imagen, tu destello.
Tal vez, de su rastro, del color de su pintura,
la nostalgia de su música y la luz de una locura,
de su escenario infinito..., él será tu marco bello!"   

Ángel González "Rusty Andecor"      

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Capítulo anterior de esta última parte y que fue una reflexión de la totalidad de la obra:               

32. Todo se va y se desvanece. Sólo queda el color de la música y la sombra de los recuerdos, que permanecen