martes, 20 de octubre de 2015

El cartero (y Pablo Neruda) / Meet Joe Black / Smic, Smac, Smoc / Y música de Vangelis, Piovani, Delerue, Francis Lai, Roque Baños, Chaplin, Mancini, y más.

Siempre hay un cuadro y una escena en la magia de nuestra fantasía.
Ponemos formas y colores, pero también la nostalgia de los recuerdos;

aquellos que imaginamos haber vivido allí, entre aquel bullicio,
entre aquellas luces y quizá, en aquel asombroso y lejano lugar.
(La pintura es "April in Paris", de Jeff Rowland)
"Dame un pincel
y te daré formas y colores;
dame un violín
y endulzaré tu vida de mil sones".
(Rusty Andecor)

"La música nos abre las puertas
del teatro de la imaginación.
Nos inspira con la fantasía de su magia,
combinando nuestros recuerdos
con el juego de la ilusión"
(Rusty Andecor)

"Dame un recuerdo y un llanto,
deja que vea tu sonrisa
y una mirada de amor.
Yo pintaré con colores,
haré que suene la música
y sientas de nuevo tu ardor"
(Rusty Andecor)

¿Quién -alguna vez- no ha estado convencido de que aquella imagen,
su rostro, no era o se parecía a la del personaje que teníamos en
las escenas de nuestro recuerdo? Tal vez lo identificamos, de forma
caprichosa, desde nuestra fantasía. A veces, es la música la que
mejor nos ayuda a identificar ese personaje, quizá innombrable.
(Es el retrato parecido al de Lara, el que personificaba Julie
Christie; quizá era ella misma, y quizá era... también ella)
Cuando escribí la crónica literario-musical del Volumen 5, con el que ahora continuamos, comenzaba haciendo alusión a una cita de Leonard Bernstein que decía "La música puede dar nombre a lo innombrable y comunicar lo desconocido", para luego añadir "No escuchéis sólo la música, soñad con ella, con la intención de sus notas y cadencias, y con la recreación de la fantasía que dibujó alguna vez el universo de nuestras ilusiones". Y estoy convencido que esa es la clave: Hay que soñar con la música, hay que recrearse en las escenas de nuestro "visor de antigüedades", porque hay que dibujar el escenario de nuestras ilusiones.

"Las puertas de la imaginación", a veces, están en
la inmensidad de ese océano que encontramos en
los sueños. Como cuando buscamos e intentamos
encontrar la esperanza de la inocencia y la ingenuidad
en esa "Niña del mar", que es el personaje de nuestra
fantasía, el que nos sugiere como el último que puede
acabar con la "tristeza, la angustia y la tragedia" de
nuestra vida. (Pintura impresionista Sally Swatland) 
Fue el tema de amor de la banda sonora de "Doctor Zhivago", el titulado "Lara´s Theme", el que me hizo ver, detrás del mensaje de su música, aquel personaje oculto que intentaba identificar (con palabras de la citas de Bernstein) como el personaje "innombrable" de la historia de esta obra. Su imagen, la del personaje de Lara, se insertaba en aquella crónica de hace ahora un año. Pero la verdadera imagen, quizá, siempre está sujeta al capricho de la fantasía del autor.

Por tanto, es éste el "Volumen 5," en el que voy a seguir describiendo la música desde su playlist y de parte de aquel libreto que la contenía. Intentaré desgranar esa fantasía dibujada en las escenas que se ocultan tras la música. Y comenzaré por un tema precisamente fantástico, porque fantasía fue lo que pretendió Vangelis con su partitura "Le petite fille de la mer"para un documental dedicado al mundo de los animales que se realizó en 1972 con el nombre de "L´Apocalipse des Animaux". La música se ha incluido en las bandas sonoras de algunas producciones para el cine, aunque adaptando su música y con otra orquestación. El tema forma parte de un álbum de música electrónica editado en 1973 y que se incluye también en otro grabado en 2005 y que lleva como título "Conquest of Paradise". Hay que decir que la composición añade un ambiente de tristeza, tragedia y angustia, que para el contexto temporal del momento en que edité el álbum envolvió el color de aquella música. Pero "Le petite fille de la mer", es también otra versión, tal vez aún, más electrónica y más fría, que Vangelis versionó para su reciente álbum "Synthesizer". En definitiva, el tema hace un guiño, además, al "apocalipsis de la humanidad", cuyos principios y valores vemos cómo se van degradando, de ahí también esa "tristeza, angustia y tragedia" que antes mencionábamos en el contexto del libreto.
  
Escena de amor de "Cinema Paradiso", que transcurre en el ámbito
de la ensoñación del protagonista de la película.
El "Love Theme" de la BSO de "Cinema Paradiso", de Ennio Morricone, film al que ya hicimos referencia anteriormente, es la evocación del tema ya conocido e incluido en el cuarto volumen, pero descrito con un perfil más sensible, más... emotivo, y con más ternura en esos colores que transmite. Es el recuerdo de ese mismo guiño que ya representaba el tema, aunque quizá localizándose en un tiempo en que alguien "noble y fiel" surgió y acudió a socorrer a un corazón roto. El solo de violín del tema es de Itzhak Perlman, al que también podemos ver con la Orquesta de la Ciudad de Praga, en esta versión original del sublime "Love Theme"(Clic en los dos títulos)

Nadie como John  Lennon, un legendario paladín
del amor y de la paz que decía que el amanecer
es un espectáculo tan hermoso que nadie se
preocupa en despertarse para verlo, porque
está demasiado sumido en la oscuridad de su
propia noche. En ese escenario de nuestra
ilusión podemos imaginarnos a Lennon con
su acordeón sonriendo a las calles del
viejo mundo; un mundo que acabó con él.
En cuanto a los dos temas que siguieron en el playlist del álbum fue su animosidad, su entusiasmo por la vida, lo que cambiaría el estilo melancólico con que se había iniciado la música en principio seleccionada. El film al que pertenecen es "Les ripoux" ("Los locos defensores de la ley"), comedia francesa protagonizada por Philippe Noiret y con banda sonora de Francis Lai. Escuchando el primero de ellos, "Ripoux contre Ripoux", (clic), recuperamos el texto en que describimos el tema en aquella lejana crónica de hace ya diez años. Se trataba del mensaje "si escuchas atentamente el compás y el ritmo de este tema, perfumado con ese sonido de acordeón que tu conoces, encontrarás una especie de caminar continuo e incansable, y que representa el vaivén agitado y sacrificado de toda una vida".

El tema "Les Ripoux" (clic), con el mismo esquema rítmico e instrumental, nos describe la frescura gratificante con que nos sugería entonces aquel mensaje del libreto: "Es un retrato de esa parte de tu vida, la más tranquila y pacífica en la que tratas de animar tus escenarios con aquella impresionante sonrisa y con la que ya atravesabas todo un largo camino". En definitiva, trataba de describir "la frescura y la gracia con que puede gratificarse esa vida tan plena que todos tenemos, aunque estresante y sufrida". El saxofón se encarga de dibujar el tema haciendo guiños musicales con el acordeón, tal vez para buscar los mejores instantes de aquel París de sus sueños.
  
Es la melodía que nos envuelve, la que nos lleva a un ambiente,
quizá recogido y taciturno, pero de paz y reconciliación.
El "Grand Hotel Valse", de Nicola Piovani, de la BSO de "La vida es bella", el film de Benigni, me hace regresar a la sugerencia del mismo vals de la banda sonora que ya incluí en el volumen anterior, aunque éste, expresado con una vehemencia mucho más exuberante y festiva, quizá porque representa ahora esa parte de aquel mensaje del libreto que escribí entonces: "hay momentos en la vida en que un vals parece cantar la explosión de las emociones más felices, las que luego no se olvidan nunca". (Clic en el título).

El tema "Romanza Quartiere", de Ennio Morricone, es una pieza que forma parte de sus composiciones clásica. La melodía con la que el violín nos envuelve y nos rodea, en un ambiente de tristeza y recogimiento, pero de paz, al mismo tiempo es la descripción de ese dolor sufrido, pero resignado.
  
Hay valses que se bailan bajo la lluvia de toda clase de aconteceres,
afortunados pero también adversos. No hace falta cobijarse bajo
el paraguas que nos ofrecen, porque, a veces, es mejor mojarse con
esas gotas de sonrisa y de ilusiones que nos caen sobre el rostro.
"El Postino", compuesto e interpretado por Luis Bacalov, de la BSO de "El Cartero (y Pablo Neruda", producción italiana de 1994, dirigida por Michael Radford y protagonizada por Philippe Noiret, es un "tema a piano, violino e fisarmonica". Los tres instrumentos dialogan en su lenguaje musical, tratando de reconfortar el personaje que sufre y de poner un poco de esperanza en medio de su dolor y desconsuelo, recién padecido. (Clic en el título).

"La Valse du mariages", de Francis Lai, de la BSO "Le passsager de la pluie" es un brindis musical que describe una escena animada y gozosa. Pero el tema expresa también la rutina cotidiana, bajo una "lluvia" de vicisitudes y de contrariedades, creando una cuadro de diversos colores, lleno de sonrisas, ilusiones y de sueños. (Clic en el título).
  
Es el escenario mágico y fantástico con el que necesitamos jugar,
a veces, en el viaje hasta nuestros sueños.
"Le passager de la pluie" ("El pasajero de la lluvia") es una producción francesa de 1970 dirigid por René Clément y protagonizada por Charles Bronson y Marléne Jobert.

"Tendre Poulet", de Georges Delerue, de la BSO de "Mi querida comisario", es un viaje a los sueños desde la ilusión de este otro vals que, comienza muy suave y como un arrullo, al ritmo del acordeón y los violines, el personaje del relato musical baila con su cómplice, en aquel cuento que transcurre entre aquel lejano ambiente del nostálgico París, la magia del escenario y la fantasía de la "Dama del Sena". Es una película francesa de 1978, dirigida por Philippe de Broca y protagonizada por Annie Girardot y Philippe Noiret. (Clic en el título).  

Es una estampa enmarcada en la que vemos a tres personajes de
ese cuento musical. Ellas hacen sonar el cello, el violín y el piano e
interpretan ese vals de Chaplin, participando también en la suite
de Roque Baños del film "13 rosas"
El tema "Ambassador Retires", de Charlie Chaplin, de la BSO "La Condesa de Hong Kong", en una versión adaptada por Thomas Beckmann, es un homenaje a la gracia pizpireta y al semblante risueño de una niña muy al estilo, tal vez, de alguno de los personajes cercanos a Charlot. Es un vals que, interpretado por el cello, el violín y el piano de tres jóvenes, adornan el marco del cuento encubierto en el libreto, y que recompone la tristeza de uno de sus personajes. (Clic en el título)

El film "13 rosas", de Martínez-Lázaro, producción española de 2007, nos ofrece una excelente música del compositor Roque Baños, que como patrimonio nacional en la música de cine, ponemos de ejemplo en esta obra. Se trata de una selección de tres de sus mejores temas de esa banda sonora. En el contexto del teatro imaginativo de mi libreto, los temas "Adelina" / "Regalo de cumpleaños" / "Entierro de Ángeles", se suceden en el vídeo musical (clic en el título) las tres distintas escenas y que parecen mostrarnos una pintura delicada y sutil, en la que vemos los colores de algunas de las emociones disfrutadas y sufridas por uno de los personajes del relato, en equilibrio con la serena paz de su alma. Es el primer tema en el que escuchamos el pasaje de violín que termina envuelto con el resto de la cuerda y la orquesta. En ese escenario en el que he dejado sugerir la visión de una pintura sutil y vaporosa, quizá la descripción, más que de "Adelina", de aquel otro personaje del libreto llamado Sophie.
  
A la composición de quienes interpretan la bella música de esta
despedida (a Sophie), además de "la niña del vestido azul" que,
ahora triste (o quizá... desencantada), no quiere mostrar su
rostro lloroso, es también un viejo músico que no puede ocultar
su expresión de dolor ni la melancolía con que interpreta esa
melodía con la que se despide de su fiel amiga.
En el segundo tema, y en ese mismo contexto del relato que se dejaba entrever en el libreto, vemos cómo uno de los personajes ofrece un regalo a la heroína de su cuento. Las bellas notas del piano, dibujan la escena. Finalmente, el tercer tema es una breve pero bella pieza musical que representa una despedida. Quizá fue, desde ese difuminado o encubierto personaje del libreto, "la despedida a Sophie, cuando supo que había muerto, allá tan lejos, y no pudo asistir a su entierro". La belleza de la tristeza que surge en esas notas tocadas al piano, tan melancólicas y sugerentes, como esa conmovedora melodía con le sigue el clarinete y el dulce y hermoso acompañamiento de la cuerda, nos hace sumergir en una bella historia, en la que alguien amó a una persona hasta más allá de la vida, y que termina con la despedida que hace este cortejo de músicos y del mismo cronista del libreto.
  
De la misma BSO de "Cinema Paradiso", de Ennio Morricone, incluimos también el tema "Maturitá(clic en el título), porque en ese contexto de "la recreación de la fantasía que dibujó una vez el universo de nuestras ilusiones", pienso que "es una música que abre las puertas de nuestra imaginación" y nos inspira a poner magia en los colores de nuestros recuerdos. Es posible que el tono de la melodía nos infunda cierta tristeza, si evocamos aquellos recuerdos de tiempos felices, pues tal vez, entre ellos, se describe también un sueño perdido y quizá una maravillosa desilusión.
  
Es la visión de una divertida pero leal amistad, que comparten los
cinco en un viaje, poniendo todo lo que tienen, ademas de su gracia y
su ingenio. Son Smic, Smoc, Smoc, la novia y el acordeonista. 
El tema "Smic, Smac, Smoc", de Francis Lai y BSO de "Cuatro hombres y una mujer" (clic en el título), producción francesa de 1971 y dirigida por Claude Lelouch, y como se dice al principio de la película, es la visión de una amistad anecdótica, casi vodevilesca, a través del prisma de la confianza, de la ingenuidad, de la lealtad y del humor con el que hay que tomarse la vida en situaciones atrevidas o arriesgadas. Habría que ver la divertida y deliciosa película para entender su mensaje. Tres amigos, "Smic, Smac y Smoc" que deciden reír a la vida cuando dos de ellos, Smic, Smoc y un acordeonista que encuentran, acompañan en su viaje de novios a Smoc y a la novia. (clic en el segundo título para ver su ingenio musical para salir del último de sus apuros). El primer vídeo, el que recoge la banda sonora, es también otra visión de la vida, en esta ocasión a través de una selección de escenas que recogen las pinturas de Brent Linch, editadas sobre la música del film.
  
Una historia de amistad y el empeño de disfrutar de la maravillosa
vida, al son del acordeón del ciego, fue la que pintaron estos "tres
amigos y la novia" en un escenario de esperanza y de ilusión.
Y ya que hablamos de historias de la vida y de cómo las escenifica la melodía de un acordeón, y aludiendo a ese primer poema, con el que abríamos este post, yo diría: "Dame una historia, una voluntad, un empeño; yo pintaré los colores de aquel sueño. Haz sonar la música en tu acordeón; yo describiré el escenario con su canción". Y es que este epílogo, a ritmo de la música del acordeón, con aquel aire tan refrescante, cuenta el viaje de... aquellos personajes del libreto, que con el tiempo, convirtieron los colores de su sueño... hasta dibujar una imagen de... amistad y pasión.
El destino nos hechiza con la casualidad de los encuentros y el azar
de las situaciones y momentos. La "cita a ciegas" nos la ofrece ese
destino para nuestra felicidad o nuestra desdicha, pero el ser
humano busca siempre en esa "cita" poder compartir con alguien
su grata complicidad con la seducción de una sonrisa.

"Simply meant to be", de Henry Mancini y perteneciente a la BSO del film "Cita a ciegas (Blind Date), dirigida en 1987 por Blake Edwards y protagonizada por Kim Basinger y Bruce Willis, es un tema que he dejado para el final, y precisamente, para invitar a una reflexión. Y es que, no solo el título de la película, sino la misma música, la melodía que interpretaba esa guitarra acústica, el título y su música, me hicieron pensar que también "la vida es como una cita a ciegas, en el devenir de sus encuentros, en el azar de sus cruces, entre las personas, y en el capricho de sus instantes y situaciones. A veces, no se puede eludir el destino, buscando premeditadamente o eligiendo con la evidencia de lo que ves y de lo que te ofrecen, la mejor opción. A veces, la felicidad está... en la cita a ciegas que la vida te muestra y, a veces, es esa "cita a ciegas" la que te regala la desdicha... en tu sino". El tema lo encontré y lo elegí, casualmente, como tributo a cualquiera de esas historias humanas (quizá como la de Smic, Smac, Smoc) que se inician y se construyen, fruto del azar de un encuentro y... de un par de sonrisas; tal vez, como casi todas. (Clic en el título).

En mi auto-homenaje por intentar supervivir a un "incierto" tiempo
maravilloso, soy consciente de que he de erigirme en guía de mi propio
destino, sin eludir cuantas dificultades he de salvar (ahí presentes
sobre la mesa), pero mirando, siempre con una sonrisa de confianza,
frente a quien ha de compartir mi viaje. (Foto Robert Doisneau)
Sin embargo, y ya para la conclusión de ese final a que antes me refería, nada mejor, para este "quinto volumen", que enmarcar en él un tema con el que ponía broche de oro en aquel ya lejano 2008, y con aquel cd recopilatorio que regalé a "mis amigos". Recuerdo muy bien a primeros de diciembre, aquellos días en que me sentí encantado de ofrecer un playlist de música de cine, muy especial, a mis viejos compañeros de viaje. Por eso, y porque fue un tiempo en que, después de todo, comencé a pensar que el mundo era maravilloso, es ahora la razón de elegir este "What a Wonderful World", (clic título), no solo para el final de esta parte de mi álbum literario-musical, sino también para el final de un libro que estoy intentando tener listo para otro "inicio de diciembre", esta vez después de siete años de aquel ya lejano momento. No sé... quizá es un homenaje a un tiempo... maravilloso, a unos amigos maravillosos, o quizá es también un auto-homenaje, porque... me veo correr, también yo, tras ese tiempo que aún me parece maravilloso y temo quedarme atrás, fuera del resplandor que me ofrece ese reloj "dorado y jubiloso", que es el que me marca el transcurso de esta etapa también "dorada y jubilosa", siempre compatible con el recuerdo de los buenos los momentos pasados.
"El mundo podría derretirse si un glacial lo envolviera, tras su
explosión. Pero el mundo se derretiría de sus rencores y odio,
de su mugre y su insidia, de su mentira y desolación, si todos
compartiéramos la decencia del amor, tal y como sugiere el
resplandor de un beso honesto, aunque también apasionado".
(Rusty Andecor) La foto es de Doisneau, que retrataba así la
autenticidad e incluso la desnudez, de las relaciones humanas.

"What a Wonderful World", basado en una canción de jazz de Bob Thiele y George David Weiss, escrita en 1967 para Louis Ärmstrong, es un tema adaptado por Thomas Newman para el film "Meet Joe Black" (¿Conoces a Joe Black?), producción norteamericana de 1998 dirigida por Martin Brest y protagonizada por Brad Pitt y Anthony Hopkins, un fracaso comercial, a mi juicio inexplicable. Puede que fuera demasiado presuntuosa, pero a mi me encantó, especialmente la forma en que la muerte queda "seducida" (de alguna forma) por la ternura y la fascinación de las historias humanas, tema éste que he dejado sugerido en los últimos tres temas. (Y sobre la frustración comercial del film a que antes me refería, quizá el espectador de escasa imaginación solo entendió que "la muerte vino a ligar a la Tierra" y no era eso, pues había mucho de interpretación metafórica).
  
Soñamos con esa apoteosis complaciente que debería coronar nuestra
etapa "jubilosa". Soñamos con la esperanza que nos sugiere, desde
el final de ese tema musical, y de forma simbólica, la luz y el
sonido de esos fuegos artificiales y el aplauso clamoroso de
quienes son nuestros espectadores. (La foto, una escena del film)
"What a Wonderful World"" (clic) es una apoteosis musical, muy sugerente, con toda la intensidad emotiva de esas notas sutiles y elocuente que se escuchan en un fragmento al final del tema, interpretadas al piano, como una conclusión del álbum, y que culminan con una explosión de sonidos pirotécnicos, y -en el último instante- con el aplauso clamoroso, no sólo de aquellos espectadores de la fiesta escenificada en la película, sino de "todos nosotros", los que fuimos "los amigos con alma sensible" ...y algunos más, que fascinados y complacidos, exclamamos ¡qué mundo tan maravilloso". 

Ese arco iris, como símbolo de la esperanza, lo llevamos en el rostro
de quienes vemos cada día. Nada mejor que acercarnos a ellos, todo
cuanto podamos, siempre bajo la luz de la ilusión y bajo los colores
ocre de esos árboles, para así compartir esa esperanza. (La pintura
es "Un momento robado", de Jeff Rowland). Y es ese maravilloso
otoño del cuadro, para mí, el que está robando un momento feliz
a los amantes que cobija su escena tan maravillosamente pintada.
"Los colores del arco iris,
tan bellos en el cielo,
también están en el rostro
de las gentes que vemos,
y en los amigos que se dan la mano,
¡qué tal estás! -dicen
y me digo a mi mismo:
¡qué mundo tan maravilloso!"
  
(De la letra de la canción de la canción de Thiele y Weiss)

Greta Garbo dijo: "La vida sería tan maravillosa si tan sólo supiéramos qué hacer con ella".

Por eso, yo pienso que "La vida es maravillosa si la sabemos vivir y somos capaces de compartir una sonrisa y el arco iris de la esperanza y de nuestra ilusión, pero siempre con los demás".
  
Ángel González "Rusty Andecor"


Los carteles que corresponden a las películas de este post, como las del resto que aparecen en el blog, se incluyen con su imagen más abajo, en la sección "Carteles de películas". Los compositores de la música, aparecen en la sección "Los autores de las bandas sonoras", a la derecha.

El resto de las 24 entradas y temas musicales se encuentran pulsando más abajo "Entradas antiguas" o seleccionando en el "Índice de temas musicales", que aparece en la parte inferior, el post que se desea ver.

viernes, 18 de septiembre de 2015

La Seine / Les amants de St-Jean / Los paraguas de Cherburgo / La vita é bella / Cinema Paradiso / The Godfather / La Dolce Vita / Natascha´s Waltz / This is my song / Atrapado en el tiempo

"La música no se ve, pero vemos a través de la música".  Cuando
interpretamos esa música y cerramos los ojos, podemos imaginar
el escenario que nos describe la melodía. Y cuando la escuchamos
podemos contemplar el guión que imaginamos. (Del film "If I Stay")
"Quedará la música cuando no estemos
Quedará la música en su inmensidad
Quedará la música... como un despertar.
Quedará la música... cuando no haya a quien amar.
(Alejandro Sanz - "La música no se toca")
  
"La música no se ve, pero vemos a través de la música que escuchamos el escenario que nos crea.
La música no se toca, pero a veces podemos tocar las secuencias de la vida y los colores que hay en su escenario".
(Rusty Andecor)
  
La música es tan esencial para hacer funcionar el teatro de la
imaginación como imprescindible son las formas y colores que
se recrean en la escena de su interpretación, pues alimentan
aún más nuestra fantasía. ("String Quartet" de Michael Bush)
"Un mundo sin música es como un día sin luz. Y es que la música es tan esencial para hacer funcionar el teatro de la imaginación como la luz es imprescindible para ver la vida que el día nos ofrece"
(Rusty Andecor)


Pues sobre la "invisibilidad" de la música y la visibilidad de su escenario imaginario, e incluso sobre la poesía que se desprende de la luz y de los colores de un fragmento musical, voy a tratar desde la continuación del "cuarto volumen" de "La música más hermosa del mundo", cuyo artículo publiqué en este blog hace ahora casi un año, allá en el pasado octubre de 2014. Porque, como entonces ya decía, "La música es un poema sin palabras y sin imágenes, pero ambas están en la ilusión que compone los versos del corazón".

Cuando viajamos por el mar de la fantasía, nos escapamos
de la cruda realidad y dejamos que nuestro mágico amigo,
ese que aparece en el escenario de nuestra música, nos
lleve a esa isla lejana de nuestros sueños.
Y es que escuchando la poesía que hay en esa "música tan hermosa", en sus notas y cadencias, y haciéndole un guiño de ilusión mientras viajas por el mar de la fantasía, podrás encontrar el alma de una pintura empapada en la magia de los sueños, esa que te ayudará a escapar de la cruda y perversa realidad, que te reconfortará el espíritu, el que a veces sigue encerrado en nuestra mente, ocupada y obsesionada con el disfrute de nuestro egoísmo y de nuestra frivolidad, aunque, en el fondo, bien sabemos que lo único que anhelamos es conseguir la felicidad.

"The Inmigrant", de Nino Rota y perteneciente a la BSO de "The Godfather II", describió, en la recopilación de temas de ese "cuarto volumen", el transcurso de los desafortunados tiempos que sufrió el personaje de una dama, a la que entonces me referí, hasta el acontecer en el momento de inspiración de mi librero, ahora más grato y afortunado. Es también una música que ha dibujado el paso emotivo de la distancia y del olvido, desde una etapa de amargura y de lágrimas a otra con un destino feliz y, tal vez, merecido. (Clic en el título)

Escena feliz de "El Padrino - II", en la que el personaje del film vive
también ese éxodo de emociones y el deseo de alejar parte de su vida
Y aunque no se incluye en esa recopilación a que me refiero, lo cierto es que, no sólo para dar tributo a un impresionante y grandioso film, como el de la obra completa de "El padrino", sino para calar aún más el sentimiento que la partitura de "The inmigrant/Main Title", describe, dejamos también aquí su título, otra de las geniales piezas de Nino Rota, que empapa con su mensaje, pero también con su poesía, un éxodo de emociones y en el tiempo de un personaje, de alguna forma, inmigrante. Recordar, que el film "El Padrino. Parte II", dirigida por Francis Ford Coppola, fue producida en 1974 y protagonizada por Al Pacino, Robert De Niro y Diane Keaton, y que la autoría de su banda sonora fue de Nino Rota en las 3 partes. (Clic en el título)

La luz y los colores que irradian la luminosidad de las mañanas
de La Seine son las que escuchamos en esta musette que Danyel
Dorgére interpreta al acordeón con una frescura melódica que
casi podemos respirar la brisa de las aguas del Sena.
("Bank of La Seine", de Cao Yong)
"La Seine", una antigua y tradicional musette que popularizó en forma de vals el arreglista y acordeonista Danyel Dorgère (clic en el título), aunque inicialmente en la obra y en el álbum que escribí y edité, respectivamente, hace ya más de diez años, le di el subtitulo de "Esperando un Bateau en La Seine" y su autoría, por error, a Marc Perrone, otro acordeonista de música francesa. El tema, y en la versión de Dorgére, forma parte de la banda sonora de un documental sobre París y más, en concreto, sobre el Sena. Su música es un homenaje a la luz y a los colores que irradian las luminosas mañanas de París, desde "La Seine". La frescura melódica y rítmica de la interpretación representa, en el libreto de aquel "cuarto álbum", la explosión gratificante y gozosa de un instante en el que pude imaginar, en la recreación de mi relato musical, la escena en que sus personajes coinciden en el enclave del Sena. Es, por tanto, la continuación del tema "Anette" ("Encuentro en el Sena"), incluido en el Volumen 3, icono musical, con el toque parisino del acordeón, de toda la obra.

El vals procede de una canción popular francesa de
1942 que relata una triste historia de una chica que
es seducida por un viejo conquistador, sin escrúpulos.
(La foto pertenece a la colección de Robert Doisneau,
Au café "Chez Fraisse", Rue de Seine Paris 1958)
El tema "Les amants de Saint Jean", (clic) interpretado por el acordeonista francés Marc Perrone,  perteneciente a la BSO del cortometraje "A propósito de Niza", un documental del 1930, al que más tarde se le puso música. Procede de una vieja canción francesa de 1942 que relata un triste suceso de una chica seducida por un cínico y viejo conquistador. El vals musette, en el contexto de mi libreto original, evoca otra versión de la partitura que en el Volumen 3 (subtitulado como "Vals en un Café de París"), expresando de forma melancólica la proximidad de la aparición de un personaje que cambiaría el transcurso de la historia en un destino sombrío y desafortunado, describe ahora otro tiempo despreocupado y feliz de una amistad reconfortante y complaciente entre los dos personajes. El tono animado de las notas del acordeón, está ya lejos de aquella imprevista y eventual desventura que ambos vivieron. Aquella vieja canción francesa, "Mon Amant de Saint-Jean" (clic en el título), era la que interpretaba Lucienne Delyle y que aparece en el vídeo como co-protagonista del film francés del 1942 titulado "Le bienfaiteur" ("El gran cínico")

A veces, la sinceridad del ser humano se expresa intensamente y
de forma más auténtica con la elocuencia del silencio y de una
leve y franca sonrisa que se comparte.
En cuanto al "Vals Larmoyante", de Nicola Piovani, de la BSO "La Vita é Bella", describe una escena tranquila en el acontecer de una relación de amistad pacífica y sosegada, en el marco de unos sentimientos tranquilos y serenos, sin los temores de malos presagios. El vals representa la belleza placentera de la vida y la esperanza. (Clic en el título)

"La vida es bella" es una película italiana producida en 1997, ganadora de 3 Oscar y otros premios y reconocimientos, dirigida y protagonizada por Roberto Benigni y música de Nicola Piovani.

El violinista Dukov, en un ensayo, dirigiendo su grupo de cuerda.
"Quartet No. 1 D-The Groundhog", de Bruce Dukov (o Duvok), es uno de los temas de la BSO de "Atrapado en el tiempo". Describe otra estampa apacible y feliz de la relación de amistad de los personajes del relato que aparecían en el libreto de mi obra musical. Las notas del violín y del cello nos muestran con detalle la elocuencia de un silencio y de una sonrisa que comparten ambos amigos, pero que también es una de las expresiones más sugerentes y significativas en la sintonía entre los seres humanos. La película, originalmente titulada "The Groundhog Day", fue producida en 1993 y dirigida por Harold Ramis, protagonizada por Bill Murray y Andie McDowell y música de George Fenton, con la excepción de este tema, original de Bruce Dukov. (El vídeo con las imágenes de las pinturas "String Quartet" está editado por Rusty Andecor. Hacer clic en el título)

Es la famosa escena de Anita y Maarcello en "La Fontana" del mítico
film de Fellini. La imaginación visual de la sucesión de escenas y la
reflexión crítica sobre la sociedad retratada es también el punto
inicial de mi reflexión de vida, que a veces contemplo en mi propio
escenario, con la misma nostalgia que describe uno de los pasajes
del tema musical de Nino Rota.
También el tema "Nuovo Cinema Paradiso. Tema d´Amore", (clic) de Ennio Morricone y perteneciente a la BSO de "Cinema Paradiso", bajo la interpretación emotiva y sublime, en algunos pasajes, del clarinete, la flauta y las voces de un coro, primero cada una de ellas y, finalmente, todas al unísono, exalta aún más, como describí en mi original libreto, la grandeza de un noble sentimiento y de una honesta lealtad.

"La Dolce Vita", de Nino Rota y BSO del mismo título, es un divertimento musical que conjuga el juego cómico y amable de una de las escenas del relato. (Clic en el título). Hay sensibilidad y nostalgia en la descripción musical de la partitura. De todo ello se encarga un cello, un piano, un violín y una flauta, que hacen de la melodía la transformación de su propio sentimiento, desde un tono melancólico y ya casi al final, de improviso, hasta romper en el alborozo de unas notas más animadas y esperanzadoras que las que se interpretan en la primera parte de la composición. "La Dolce Vita", una de las obras cumbres del cine, un homenaje al  arte imaginativo de la recreación de escenas insuperables en el cine clásico, un film controvertido, quizá odiado por parte de la crítica, pero intensamente reflexivo como para no recordarlo. Producción de 1960, dirigida por Federico Fellini y protagonizada por Marcello Mastroianni y Anita Ekberg. Y la música de Nino Rota.

"Tango de Nataschaes el tema que envuelve el argumento de la
escena del film "La Condesa de Hong Kong" y en la que vemos a
Natascha en brazos de su enamorado salvador. (Clic en el  título)
Dos célebres temas, casi míticos, de Charlie Chaplin, bajo arreglos de Thomas Beckmann, y pertenecientes a la BSO de "La condesa de Hong Kong", vienen a recordarnos la primera partitura en una versión original del film, ya incluida en el post a que hicimos la primera referencia de este álbum. "This is my song" es la primera melodía de las dos, y que protagonizan un piano, el violín y el violoncello. En ésta se hace, una vez más, el homenaje al drama de un viejo relato descrito en el libreto de mi obra musical, y ahora para un destello más feliz y dedicado a un color más festivo.


Son otras dos instantáneas de la escena del "Tango de Natascha",
la emotiva secuencia del final de "A Countess from Hong Kong".
En cuanto al "Vals de Natasha", también de la BSO de "A Countess from Hong Kong", es la representación de la esperanza y de la ilusión que ponen los personajes que protagonizan el libreto. La majestuosidad y sugerencia cortesana que manifiesta el compás y el realce de las notas interpretadas por el piano y el violín es la pintura más expresiva de esa tranquila y feliz relación, lejos ahora de temores y presagios. (Clic en los dos títulos).

Y hay otro tema de Chaplin, con los mismos arreglos de Thomas Beckmann, que se incluye también en la banda sonora de "A Countess from Hong Kong" y que, protagonizada por Marlon Brando y Sofía Loren, dirigió el mismo Chaplin en 1967. Se trata de una melodía exquisitamente romántica titulada "Tango Natascha". El tema no está recogido en mi obra musical, pero la intensidad visual que sugiere en la imaginación el mensaje del cello y el piano, me conmueve y sobrecoge, especialmente el pasaje del vals, el que representa esa escena del baile entre Natascha y su caballero enamorado, y es ese el motivo por el que he querido incluirlo en este playlist y su crónica.
(Al parecer, mi vídeo ha sido bloqueado en Youtube por una reclamación formulada por la NBC Universal, como propietario de los derechos autor, a pesar de que yo no obtengo ningún ingreso ni beneficio de publicación, sólo su difusión cultural audiovisual. Por tanto, si la reproducción ya no fuera posible, recomiendo hacer clic en el título a continuación que visiona, desde el film completo, el punto en donde comienza  la secuencia: "A Countess from Hong Kong")

Hay momentos relevantes en la vida que se producen envueltos en
una dimensión mágica, como si los crear un hada protectora. Son
esas de nuestra vida en las que el destino pone su varita mágica
sobre nosotros y nos da los "Buenos días". Lo cierto es que ese
instante suele ser fugaz, pues aunque mantenemos la esperanza,
ese feliz instante comienza a desvanecerse, como la melodía.
El tema "Country Waltz", (clic título) de Angelo Badalamenti y BSO de "Straight Story" ("La historia verdadera"), película de culto de David Lynch, producida en 1999,  describe como en esa obra maestra del cine, de forma delicada y emotiva, esa dimensión mágica y ensoñadora que suele haber en ese momento relevante de la vida: el instante feliz. Son las notas de la cuerda, de una guitarra y de los violines las que dan forma a la melodía intensamente dulce.

En "Buon Giorno, Principessa" (clic en título), de Nicola Piovani, de la BSO de "La vida es bella", es la timidez de las notas de una guitarra y las del aparente titubeo de un teclado, las que nos describen, ahora, el inicio de un distanciamiento entre los personajes del relato. Hay un momento en que la melodía recobra fuerza, con la entrada de la cuerda, el viento y la madera; quizá es el instante en que él saluda esperanzado: "Buenos días, Princesa" (es el título del tema). Luego se produce otro momento en que la intensidad decae, la melodía parece que se desvanece mientras el teclado y unas notas de acordeón se quejan del silencio de la dama, que no sabe o no quiere responder.


Conmovedora escena de "Los paraguas de Cherburgo" entre Genévieve
y Guy. El violín y el resto de la cuerda describen en la melodía todo el
matiz de la tristeza, el sollozo, pero también el consuelo.
En cuanto al tema "I Will Wait For You" (clic), Michel Legrand y Itzhak Perman, de la BSO "Les parapluies de Cherbourg", es la ternura del violín de Itzhak la que mejor describe la nota melancólica de esta banda sonora. Al desencanto y desilusión que parece expresar la melodía se une la soledad del violín y después el resto de la cuerda, en un intento de consolar y reconfortar las notas de esa tristeza. Luego se rompe el sonido dulce y suave del violín, que parece convertirse en un lamento, puede que, tal vez, en un sollozo. Es el llanto desconsolado del personaje de la historia que, al final, aparece arropado por todo el acompañamiento de la orquesta en un intento de devolverle la ilusión que ha perdido.

"Los paraguas de Cherburgo", producción francesa de 1964, dirigida por Jacques Demy y protagonizada por Catherine Deneuve, es un drama musical que supuso una de las piezas cinéfilas del "Nouvelle Vague".


Dramática escena del final de "The Godfather III". La secuencia, en
torno a este fatal desenlace, una de las más bellas del cine, está
ambientada con un fondo musical impresionante: el
 "INTERMEZZO
SINFÓNICO CABALLERÍA RUSTICANA" de Pietro Mascagni (Clic)
Comenzamos esta parte del álbum con un tema que se incluye en esa grandiosa y bellísima banda sonora compuesta por Nino Rota para "The Godfather". Y qué mejor terminar la selección de partituras con otras dos que pertenecen también a esa obra maestra del "séptimo arte". La primera es "Vincent´s Theme" (clic), que ya corresponde a la "3ª parte". Es una breve pieza de la que tengo un cariño muy especial. Pues en el libreto de mi ya viejo relato, cuando comencé a escribir mi crónica literario-musical, describía la resignación de uno de los personajes por la pérdida del otro, algo que suele repetirse con frecuencia en la vida entre los seres humanos, y que por tanto todos sufrimos. Se trata de una melodía, casi como como un fragmento, que interpreta un violín, bajo la sombra de un silencio y teñido de notas de amargura, y al que responde el resto de la cuerda, terminando con un breve pasaje de uno de los "Main Theme" de la soundtrack del film, precisamente el del tema siguiente. Evocando mi viejo libreto y en la escena que yo dibujé en su día, se vislumbra una esperanza y quizá... una sonrisa.

En cuanto al segundo tema de esta coda dedicada a "The Godfather", de Nino Rota, y con la que finaliza la selección de bandas sonoras de este "cuarto volumen", es el tema "Kay" (clic), que pertenece a la Parte II con el que se cierra la recopilación de sountracks. El mensaje de la música, en el contexto de mi libreto, como en piezas anteriores, describe el recuerdo de un pasado desafortunado, ya casi olvidado, y el intento de un acercamiento a la recuperación de un mejor destino. Suenan unas notas muy emotivas que interpreta el piano, al que acompaña después la intensidad de la cuerda. Es éste el fragmento que precede al esquema melódico que sigue, en clave de vals, y que corresponde al tema principal de la música y con la que se cierra el álbum. Y como decía al principio: "vemos a través de la música que escuchamos el escenario que nos crea, pero también contemplamos la vida y los colores que hay en su escenario".

La "Condesa Natascha", que personifica Sofía Loren en el film,
en consonancia con la majestuosidad y sugerencia cortesana
que describía el tema "Natascha´s Waltz" contrasta, en
cambio con los temores de aquella chica desafortunada
de vida alegre que solo espera encontrar la felicidad.
Pero... para hacer también un homenaje al aroma y color que nos dejó aquí Natascha, aquella fascinante dama que personificaba "La condesa de Hong Kong" y con la que comenzaba inicialmente el "Volumen 4" , aquella que ya se describía en otros de los temas de este playlist, he querido cerrar esta crónica, tan emotiva para mi, con una versión muy especial de este "This is my song" que interpreta Frank Pourcel y que nos recordará a la historia del film, pero también a esa otra más cercana que yo describía en mi libreto. (Clic en el título).

"This is my song" es la melodía de una historia que, como decía en aquel lejano relato que escribí hace años, está garabateada en el subtexto y en el  mensaje de la música de aquellos primeros cuatro álbumes. Los compases de esa melodía describen, en forma de vals, un desenlace con visos de esperanza y con esa sencilla, pero permanente sonrisa, que suele identificar "la música más hermosa del mundo" y que, como expresa el mismo título... "Ésta es mi canción".
  
Ángel González "Rusty Andecor"