lunes, 24 de noviembre de 2014

"Ensemble c´est tout" (Theme Camille), de "Juntos, nada más"

"La música más hermosa del mundo" es la melodía que tienes
guardada en la "caja de música" del corazón y que, cuando abres
su tapa, escuchas del violín del hada de tus sueños.
"La música más hermosa del mundo... quizá no sea ninguna de la que contiene esta obra y cuyos álbumes envolví, durante años, con música y pinté con "mi literatura". Creo que "la música más hermosa del mundo"... es aquella que embriaga tus sentidos y alboroza tu espíritu en calma, con su evocación. Yo solo procuré traerte, durante esos diez años que dediqué a mi trabajo, un muestrario de melodías, casi todas del cine, para que tú encontrases la que te hiciera soñar".
   
(Rusty Andecor)
  
El filósofo alemán Georg Wilhem Friedrich Hegel llegó a decir: "La música debe elevar el alma por encima de sí misma, crear una región donde, libre de toda ansiedad, pueda refugiarse sin obstáculos en el puro sentimiento de sí misma". 
  
Y lo cierto es que, pues lo dije en el "volumen 10" de mi obra musical, "hay una música que sale del corazón, y la recrea nuestra fantasía cuando escuchas, desde los sentimientos, esa melodía de cine que envuelve y perfuma la escena de tus sueños".
  
Escogí, para este álbum, un tema y una película que mejor
se adaptaran al mensaje que deseaba transmitir. El tema, la
convivencia, "nada más". La película: "Juntos, nada más"
He de confesar que fueron muchos y muy distintos, los mensajes que me transmitieron los temas que había elegido para preparar mi "Volumen 10", y que pensaba completar con un apéndice para recopilar en un álbum que titularía "El epílogo". Había guardado, durante un tiempo, parte de algunas bandas sonoras que me habían transmitido ese sentimiento que siempre he buscado en los secretos de mi música. Unas, las encontré en el nuevo cine, en filmes actuales. Otras, las busqué entre algunos de mis músicos favoritos. Pero tuve que elegir una película para darle color y aroma a mi álbum, porque necesitaba el mensaje que debía aportarme una de esas obras del cine. Y la verdad es que no pude quedarme sólo con una, pues fueron dos realizaciones cinematográficas las que dieron su contribución a este "Epílogo", como entonces lo llamé. "The Artist" y "Midnight in París" fueron las películas elegidas; ellas y su música llevaban el mensaje que yo quería transmitir en mi libreto y en mi reflexión.
Y escogí el encanto, la sutileza y la exquisitez de Audrey
Tautou, porque había una sugerencia en algunas escenas
que me transfirieron ese aroma que yo necesitaba.
  
Sin embargo, ninguna de las dos películas, ni tampoco su música, van a ser las que describa en mi crónica musical de hoy. Las dos, y cada una de ellas, tendrán su momento, "mi literatura" y su música, para una siguiente publicación. Porque hoy he querido "romper una lanza" en favor de esa sonrisa y esa convivencia que tanto nos cuesta junto a quienes no hemos aceptado o no hemos sabido entender. Y para ello, ha sido el film francés "Juntos, nada más" y su tema "Ensemble c´est tout", de Frédéric Botton, lo más próximo a lo que he deseado transmitir.

Lo mejor es mirar a los ojos de quien está junto a nuestro
destino. Y lo mejor es brindar, de frente y conectando
con los ojos y desde el corazón. (Escena del film)
Se trata de una comedia feliz, aunque con su dosis de sensibilidad y de drama, divertida y feliz, y con unos excéntricos pero obligados personajes, una de esas películas con las que te quedas a gusto después de haberla visto. Y es que el argumento lo hacen tres personajes bien distintos, unos de otros, que tendrán que superar tantas dificultades que estarán a punto de abandonar su empeño en seguir juntos. Lo extraordinario y admirable del tema es que tendrán que aprender a controlar sus dudas, sus penas, a sonreír entre ellos y para ellos, y a defender, por encima de todo, la convivencia entre ellos, incluso a materializar sus sueños. Y es que de eso se trata en la vida misma. Lo cierto es que el escenario que yo quiero visualizar en mi propia película me hace recordar que "lo mejor es mirar a los ojos de quien está junto a nuestro destino, pues lo que importa es hacer de la vida un cuento con final feliz".
Y hay sonrisas que llevamos a nuestra intimidad y dormimos con
ellas. Son las sonrisas que formarán parte del escenario de
nuestros sueños. (Escena del film "Juntos, nada más")

Era éste el carácter y el mensaje que quería darle, con el mensaje musical de "Camille et Paulette"de "Juntos, nada más", para convencerme, y convenceros a quienes me lean, que "hay sonrisas que guardamos y tenemos preparadas para entregar a quienes queremos hacer feliz, como también hay ilusiones que podemos ver en la sonrisa ajena cuando nuestro regalo, el de nuestros sentimientos, sabemos que le complace". Y fue parte del mensaje que quise darle a la historia que contenía, difuminada y casi oculta, en el libreto de ese "décimo volumen" . (Clic en el título del tema)

Porque hay historias tan ensoñadoras, tan lejanas y tan imposibles
de contar que son como cuentos fantásticos en los que, a veces,
podemos vernos, paseando por esos mágicos lugares, junto a
quien comparte nuestro destino (Escena de Midnight in París)
Por lo demás, transcribir también aquí el preámbulo que sirvió para iniciar el libreto de ese álbum a que me he referido antes. Decía: "Érase una vez... una historia de amor escondida en un sueño, dibujada en un cuento y, tal vez, olvidada bajo las profundas aguas de un océano muy lejano. Érase una vez... una historia imposible de contar, porque imposible fue el amor que sucedió en los lejanos confines de aquel sueño". Y para envolver este comienzo, nada mejor que un tema algo exótico, porque su música también parecía envuelta con el sonido de las aguas de aquel lejano océano. El tema era algo nostálgico, porque intentaba evocar una historia hermosa y ocurrida en "un tiempo ya pasado" y que solo se podía describir con la música contenida en el álbum. Y el tema era solemne y sublime, porque si hermosa era la melodía de portada, majestuosa debía ser también la apertura para celebrar el esplendor de esa "música más hermosa del mundo" del que, entonces, pensaba sería mi último álbum.
  
Y el tema "Once Upon a Time in the West" solemne, sublime y nostálgico
Hay un reloj del tiempo que podemos detener
cuando hemos hallado ese instante que deseamos
vivir. Sólo hace falta ajustar la imaginación y
escaparnos a lo que nos parece imposible.
sería el que nos prestaría Ennio Morricone y que, con sinfónica él mismo dirigía en el anfiteatro romano de Verona. Y el tema 
"Once Upon a Time in the West" exótico y de aquel lejano océano es el que nos ha dejado el orquestador Alain Morisod.
  
Y a propósito de esa convivencia tan difícil, a veces, pero tan gratificante, después; y de lo feliz que puede hacernos el instante en que miramos a los ojos de quien está junto a nuestro destino, quería recordar, parte de la conclusión que hice en ese "volumen 10" y añadir... algo más. Y es que... "La vida es como un baile de ilusiones y desencantos, de gozos y de tristezas; que lo mejor es mirar a los ojos de quien está junto a nuestro destino, pues lo que importa es hacer de la vida un cuento con final feliz. El paso del tiempo es implacable, pero el reloj que marca las horas nos muestra, en ocasiones, ese instante maravilloso, y por eso hay que aprovecharlo, porque ese y otros instantes, son los que nos pueden hacer felices, aunque a veces tengamos que saltarnos las reglas de la realidad y adentrarnos en el universo prohibido de la imaginación, de la insensatez o, incluso, de lo que algunos llaman "la locura".
  
"Juntos, nada más", es una película francesa del año 2007, dirigida por Claude Berri y protagonzada por Audrey Tautou y Gillaume Canet. La banda sonora es de Frédéric Botton, cuya reseña biográfica se publica en la sección de compositores.
  
Ángel González "Rusty Andecor"


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