lunes, 12 de enero de 2015

"Coney Island", de "Across the Sea of Time" / "Paradise Theme", de "Angel"

"La música siempre debe de llevar un mensaje, aunque
no veamos la escena que describimos con su
interpretación. Es la inspiración que nos llega
de la invisible escena que imaginamos, la que
nos devuelve la inmensidad de su contenido"
"Si un compositor pudiera decir lo que quiere decir con palabras, no se molestaría en tratar de decirlo con música"
(Mahler)
  
"Yo no tengo palabras para decir lo que desearía, pero tampoco puedo componer la música que lo describa. Sin embargo, tengo la música que me prestan los grandes maestros del cine que escriben sus bandas sonoras".
(Rusty Andecor)
  
Y recordando aquellos versos "La noche... Tus ojos... Un poco de Schumann... Y mis manos llenas de tu corazón", de Leopoldo Lugones, pensé en su maravillosa dimensión y reflexioné así: 
  
"Cuando se ama la música, con el tiempo, llega a entenderse. Y cuando se entiende, se puede leer el mensaje que el compositor quiso escribir en ella".

Es mi secreto, mi sueño oculto, pues esa niña vestida en
blanco es mi esperanza y es mi ilusión, la llevo siempre
en lo más hondo, la llevo siempre en el corazón.

Y luego, recordando también aquella frase de Allan Poe, que decía: "Y en la profunda oscuridad permanecí largo tiempo, atónito, temeroso... soñando sueños que ningún mortal se haya atrevido a soñar jamás", me atrevo a confesaros que, como John Lennon, aquel soñador que imaginaba un mundo maravilloso, "a veces sueño con la esperanza, con la ilusión; yo la llamo "la niña del vestido blanco", pero es la fe que tengo puesta en mi decencia y en el corazón; la visto como una dama, con su vestido, azul o blanco, porque es la música de mis colores, de mi poesía y también, de mi canción".
  
Aquel breve cuento, dibujado con algunos trazos de colores y de música, y de imágenes y guiños, cuyo guión quedaba oculto en el subtexto del libreto del "Volumen 12", y que yo titulaba "El viejo mago y la niña del vestido blanco". Es..., en muchas ocasiones, el cuento de nuestra vida; un "viejo ilusionista", o quizá solo un diplomado en haber vivido años de su vida, jubiloso en su última etapa, la de la desesperada esperanza, busca en su magia, desde la chistera de su corazón, la ilusión de sus trucos para atrapar algunas de las
Cuando en "el cuento de nuestra vida" sufrimos el desencanto
y la desesperación, aún tenemos en nuestras manos, en esa
bola de cristal, nuestra sirena de la ilusión, la que nos
devolverá el ánimo y la esperanza para que consigamos
ya poder vivir el cuento "con final feliz".
escenas de sus sueños, y convertirlas en realidad. Y entonces encuentra a esa niña de su cuento, e intenta convertir, únicamente, su vestido blanco en otro vaporoso de color azul. El viejo mago lo hace sólo porque quiere admirar a la niña, sorprenderla y fascinarla, y no quiere defraudarla, porque es su esperanza la que está persiguiendo.

Y sobre fascinación, no solo la que se busca en la ilusión personificada en el personaje de nuestros sueños, sino en el significado del mensaje de la música que elegimos, es sobre lo que trataré en esta parte del volumen 12 mi referencia musical.

Una eterna dama, bella y delicada, como el hada de un cuento, reposa
esperando, tal vez, un milagro. "Él"... la encontró dormida en su lecho
en medio de aquel cuento. Había una luz que iluminaba su rostro y su
vestido, de tonos entre blanco y rosa. La dama sólo se despertó
cuando aquel "mago" le dio un beso de amor.
Hay un destello de esa dama que ilumina cada poema musical.
"Coney Island" es un tema de John Barry, que pertenece a la BSO de "Across the Sea of Time", film apenas conocido, y que corresponde a ese "Voumen 12" de "La música más hermosa del mundo". Esta fue su descripción en el libreto de mi álbum: Al igual que el niño que viaja por los mares en busca de los vestigios que aparecían en unas viejas fotografías que contemplaba en su visor de antigüedades, el frustrado "encantador" de su eterna dama, viaja también a través de su fantasía en busca del rastro que ve en cada poema musical que ha escogido, porque sabe cuánto le fascina el significado de su melodía. Y en el viaje que emprende, en su dimensión onírica, se encuentra enseguida a ese destello que ilumina el comienzo de su camino. Es una luz azul, del mismo color de una rosa que identificaba su recuerdo, y es un resplandor que aparece en la mayor parte de los temas musicales. Es el recuerdo de una emoción, del destello de un corazón que vivió en aquel viejo cuento y cuya imagen se vislumbra en este hermoso tema de Barry que parece evocar aquel lejano de “La calle del adiós” del primer volumen de esta Colección de música.
  
“Paradise Theme, de Philippe Rombi y perteneciente a la BSO de “Angel” es
La imagen, escena del film, define la esencia y el sentimiento
del mago "encantador" y de la dama "encantada".
un tema que gira en torno al ascenso y a la caída de una excéntrica escritora enamorada del amor y sin capacidad para vivirlo, alguien a quien se puede adorar o despreciar, con una imagen hermosa o tocada por la locura. La grandilocuencia sinfónica del tema de amor del film sirve aquí también, en esta particular “película” de mi imaginación, para definir a un estrafalario viejo “aprendiz de poeta” que ascendió, junto a la casualidad de la creación de un personaje de cuento, escrito por él mismo, pero antes de liberarse éste de su relato, y que cayó y se perdió en su fracaso de “encantador” de su luminoso y fascinante destello. El tema describe musicalmente, en clave romántica, 
la esencia y el sentimiento de este malogrado “encantador”, como lo hace el tema anterior para dibujar a la eterna dama "encantada" y su fulgurante destello. El fragmento que
A veces, no hace falta leer la partitura, porque la
música, su sentimiento, está en el corazón; solo
hace falta cerrar los ojos y leerla desde allí.
La interpretación de esa música es la que
mejor nos hace comprender el mensaje
que deseamos transmitir.
transcurre desde el minuto 1,13 es el que mejor expresa la turbadora historia, latente, pero sugerente, a lo largo del álbum literario-musical. El compositor Philippe Rombi impregnó en esta “pequeña sinfonía”, como lo hiciera en el resto de los temas del film “Angel”, también esa esencia nostálgica que envuelve los mejores recuerdos de un pasado feliz descrito en algunos pasajes musicales de la obra. Hay otra versión del 
"Paradise Theme", de la BSO del film, interpretado a solo piano, que quizá define más claramente ese color nostálgico que me refería.
  
Finalmente, me gustaría haber podido aclarar que, ni el breve e incompleto cuento que he pretendido relatar, ni el deslavazado relato, escrito entre flash-backs en el transcurso del libreto de la obra y encubierto bajo las distintas tramas de los filmes, se comprende si no se interpreta o descifra la música que narra la temática de la totalidad del álbum. Pues es tan grande el poder del mensaje de la música que... ya lo dijo Chopin: "No hay nada más odioso que la música sin significado oculto".
  
Ángel Gonález "Rusty Andecor"

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